En San Antonio de Desamparados no hay quien no conozca a Papo ..., y cómo no si, durante 55 de sus 66 años, se lo ha visto por las calles de ese distrito con su yunta de bueyes.
“A mí me quitan los bueyes, y yo me voy en la carreta”, dice el boyero para dejar claro que aquellos son su vida . Suelta la risa y añade: “Los quiero más que a mi mujer”.
Siempre está al servicio del pueblo. Hace fletes de todo tipo; transporta escombros, piedra, arena, madera, zacate para caballos y lo que le pidan.
Asimismo, va a fiestas escolares y familiares.
Sin embargo, no le interesa que le paguen. “Salgo mejor con lo que me den. Si cobro, cobro menos”, expresa.
“Soy pobre, pero no necesito mucho ”, es su filosofía.
Papo y su actual yunta, conformada por Muñeco y Palomo , sobreviven al urbanismo y a la gran cantidad de tránsito.
“ Los choferes son muy buenos conmigo , no puedo decir nada malo de ellos. Me ven, paran y me dan campo”, agrega.
Todos lo conocen, pero no muchos saben su nombre y sus apellidos: José Manuel Valverde .
“Si me llaman por mi nombre, no vuelvo a ver; solo respondo si me dicen Papo”, advierte.
A las 4:30 a. m. inicia diariamente su labor . Va a un terreno pequeño, a unos 800 metros de su casa, donde un amigo le presta un lugar para que duerman los bueyes.
Les da agua y vástago. A las 6:30 a. m. los tiene enyugados y se dispone a trabajar hasta las 11 a. m. o un poquito más. En la tarde no pues debe llevar a pastar a su yunta.
Así lo hará, dijo, hasta que Dios lo llame.