El frustrado robo de un vehículo Toyota Yaris, el miércoles en la tarde en la ciudad de Heredia, facilitó la captura de cuatro supuestos robacarros.
Pocas horas después, las autoridades también dieron con un predio aparentemente usado por los sospechosos para guardar y desarmar los carros sustraídos.
Los primeros detenidos son de apellidos Esquivel, Chavarría, y Campos, a quienes se les encontró en un taller mientras esperaban que el carro Hyundai Excel en el que iban fuera reparado. Este auto fue robado el domingo en Turrialba, Cartago.
El cuarto capturado es de apellido Argüello, a quien se le ubicó departiendo en un bar cercano. Él tenía orden de captura por robo agravado.
Desde ayer, los cuatro cumplen seis meses de prisión preventiva, que les impuso el Juzgado Penal herediano.
Según explicaron fuentes judiciales, el grupo encañonó al conductor del Yaris, de apellido Castressana, en las inmediaciones de la Universidad Nacional.
Por alguna razón, su plan se les complicó y optaron por dejar el vehículo, pero despojaron a la víctima de un teléfono celular y ¢20.000.
Casi en forma inmediata, el afectado dio aviso a la Fuerza Pública, cuyos efectivos localizaron a los presuntos asaltantes.
Los individuos tenían consigo tres armas de fuego robadas a vigilantes privados y el llavero de un automotor Toyota Prado, sustraído horas antes en el cantón de Escazú, San José.
El desarmadero
Pesquisas iniciales condujeron a los agentes del Organismo de Investigación Judicial (OIJ) hasta calle Las Cloacas, en el cantón Central de Heredia, donde encontraron gran cantidad de partes de vehículos, así como bolsos que iban en los carros.
También se encontraban, aún sin desarmar, el Toyota Prado recientemente robado, dos pickup marca Isuzu, sustraídos esta misma semana, uno en San Carlos (Alajuela) y el otro en Cartago.
Asimismo, se investiga si tienen relación con el asalto a un hombre de apellido Garita, en San Rafael de Heredia, a quien despojaron de ¢500.000 y con un bajonazo más en Pérez Zeledón, zona sur del país.
En el predio, muy cercano a una zona de precario, había un pequeño cuarto donde, evidentemente, alguien solía pernoctar. También, un servicio sanitario.