Los camaroneros aseguran que las licencias para pesca de arrastre deberían vencer en el 2017 y no este año, y achacan lo que calificaron como un “error” al Instituto Costarricense de Pesca y Acuicultura (Incopesca).
“Por una mala interpretación de la ley, las licencias que supuestamente vencen en el 2014 deberían vencer en el 2017”, manifestó Roy Carranza, presidente de la Cámara Puntarenense de Pescadores.
Según el dirigente, Incopesca debió renovar los permisos por un periodo consecutivo de seis años, tal como lo estipula, desde el 2005, la Ley de Pesca y Acuicultura. Sin embargo, la entidad lo ha venido haciendo anualmente.
Por la resolución N.º 2013-010540 de la Sala IV, los pescadores se ven imposibilitados a renovar, activar o gestionar nuevos permisos debido a que ese órgano judicial consideró que la técnica de arrastre que es utilizada por la flota tica para capturar camarón, es insostenible.
Actualmente existen 44 licencias activas que se irán venciendo . Las primeras cinco caducan en el 2014 y otras dos en el 2016. Para el 2017 vencerán 17, el año siguiente expirará una cantidad similar y las últimas tres en el 2019.
“Estos barcos tienen derecho a varios años más de seguir pescando y esto nos puede dar chance para que la nueva ley sea aprobada para entrar en la legalidad sostenible que es lo que queremos para Costa Rica”, agregó Román Chavarría, representante de los exportadores.
Tanto Carranza como Chavarría comentaron que miembros del sector camaronero se reunieron con funcionarios de Incopesca para manifestar esa inquietud.
El presidente de Incopesca, Luis Dobles, aseguró que las licencias ahora tienen una vigencia de seis años. “La Sala IV, al declarar la inconstitucionalidad, mantuvo la vigencia de las licencias”, dijo.
Sin otro plan. Los camaroneros esperan reinstaurar el arte de pesca mediante la aprobación del proyecto de ley (expediente N.º 18.968) que está en estudio ante la Comisión Especial de Puntarenas de la Asamblea Legislativa.
En la misma resolución que prohibió el arrastre, la Sala IV indica que solo podrá reinstaurarse este arte de pesca si científicamente se comprueba su sostenibilidad y esto deberá hacerse por la vía legal.
En este sentido, el proyecto de ley propone el uso obligatorio de dispositivos excluidores de tortugas y peces con el fin de disminuir la pesca incidental, que se presenta debido a que la pesca de arrastre literalmente barre el suelo marino y atrapa “accidentalmente” especies que no son objetivo, como las tortugas y rayas.
¿Tienen un “plan B”, en caso de no aprobarse este proyecto de ley en el Congreso?, se le cuestionó a Carranza. “No hay plan b”, dijo.
Manifestación. Unas 80 personas, entre dueños de embarcaciones, tripulantes y familiares, se manifestaron ayer de forma pacífica y solidaria ante el vencimiento de la primera licencia de pesca de arrastre.
Desde ayer, la embarcación Capitán Bonilla no podrá operar al caducar su permiso, lo cual afecta a unas 45 personas de manera directa e indirecta.
“Para decirlo de alguna manera, estamos aquí como si estuviéramos en una vela. Estamos acompañando a los compañeros en su dolor, porque la tripulación de esa embarcación se queda hoy (ayer) sin trabajo”, comentó Roy Carranza de la Cámara Puntarenense de Pescadores.
“Tengo dos días de estar muy preocupado, pero hoy (ayer) me siento mejor al ver el apoyo que tengo de los compañeros. Ellos no me están abandonando”, dijo Minor Bonilla, dueño del barco.
En marzo vencerá la segunda licencia correspondiente a la embarcación El Rey, propiedad de Marcial Parra quien tiene a su cargo una tripulación de siete personas.
Colaboraron los periodistas Hugo Solano y Carlos Láscarez