Del abundante archivo de citas que carga en la memoria, el presidente uruguayo, Julio María Sanguinetti, seleccionó una de Albert Einstein para empezar la conferencia que dictó ayer en el Teatro Nacional: "El problema del futuro es que se nos viene demasiado rápido."
Acto seguido echó mano a una oración del poeta Paul Válery: "El problema es que el futuro ya no es lo que era."
Con esas palabras el Mandatario suramericano comenzó a tejer una disertación cuyo hilo central fueron las nuevas fuerzas que enfrenta la democracia en un mundo de cambios acelerados.
Una opinión pública vigorosa que demanda cuentas a los gobernantes y una economía globalizada son algunas de las transformaciones que mencionó Sanguinetti.
Asimismo, una visión del trabajo en la que la tecnología -y no la posesión de materias primas- marcan la diferencia, un mercado bursátil que se ha convertido en instrumento de crédito y una sociedad donde el egoísmo prevalece sobre la solidaridad.
Luego de desmenuzar cada uno de esos temas, a los que se refirió como fuerzas que nadie imaginó, el político charrúa sentenció: "La causa de la democracia no está definitivamente ganada."
Durante los 37 minutos que habló ante un auditorio compuesto principalmente por políticos y diplomáticos, Sanguinetti compartió su repertorio de gestos: Una mano sobre la barbilla, un puño alzado, ambas manos revoloteando, miradas punzantes y un arco formado con un par de cejas tupidas y canosas.
Testigos de primera línea de tales gestos y palabras fueron el presidente de la República, José María Figueres, y su esposa, Josette Altmann, así como la cónyuge del gobernante de Uruguay, Marta Canessa. Ellos tres acompañaron al conferencista en el escenario del Nacional.
Dicha conferencia fue la principal actividad que Sanguinetti realizó en la última jornada de su visita de dos días a nuestro país. Ayer, a las 3:55 p. m., viajó a Miami, Florida, en Estados Unidos.
Abonar semilla
El paso del Jefe de Estado uruguayo por Costa Rica sirvió para abonar la incipiente semilla que daría como fruto una relación más estrecha entre el Mercado Común del Sur (Mercosur) y el Sistema de Integración Centroamericana (SICA).
De hecho, el visitante anunció que dicho bloque de naciones suramericanas (integrado por Uruguay, Paraguay, Brasil y Argentina) iniciará contactos con esta región en aras de analizar la posibilidad de avanzar en las negociaciones para un convenio marco en materia de comercio, inversiones y turismo.
Sin embargo, Sanguinetti también se llevó algo. Ayer, a las 10:35 a. m., el ejecutivo municipal del ayuntamiento de San José, Johnny Araya, le entregó las llaves de esa ciudad en un acto que se celebró en la plazoleta ubicada frente al Teatro Nacional.
Posterior a esa ceremonia, el gobernante suramericano dictó la conferencia mencionada. Allí dijo, al referirse a lo que llamó una opinión pública vigorosa, que los medios de comunicación son hoy día la expresión del poder social.
"El reportero que interroga no interroga en nombre propio, sino en nombre del pueblo, de la opinión pública (...) Cuestiona, pregunta, interroga y el Presidente ha de responderle, no a ese señor, sino a la sociedad que representa", afirmó.
Acerca de las transformaciones que ha sufrido la economía, aseveró que no se puede estar en contra de la globalización pues eso sería -dijo- como estar en contra de una realidad como la ley de la gravedad.
El asunto al que ese orador dedicó más tiempo fue el de la sociedad egoísta en vez de solidaria. Según su opinión, las personas han reaccionado ante los cambios acelerados con una actitud más individualista.
"Hoy, en el mundo posmodernista, lo que importa es la satisfacción de mis propias necesidades", manifestó.