San Jerónimo (Moravia). En los montes de Platanares un campesino desarrolló uno de los proyectos orgánicos más admirados y funcionales del país.
Tanto es así que ninguna semana dejan de llegar turistas y productores de diferentes partes del país, con el fin de entender y aprender, el modelo de producción orgánica autosostenible.
La idea fue creada y desarrollada por Anselmo Rodríguez, un campesino de corazón, cuyo objetivo inicial era mejorar la salud costarricense.
“Cuando yo empecé a ver que tanta gente moría de cáncer gástrico, por tanta cochinada que le echan a los cultivos y a todo lo que se produce, me propuse hacer algo para ofrecer cosas naturales y saludables”.
Su finca se ha convertido en materia de estudio para los universitarios y en ejemplo de eficiencia productiva.
Él, junto a su familia, ha logrado desarrollar un ciclo de producción totalmente natural.
Sus vacas, aparte de producir leche y sus derivados, generan excremento suficiente que combinado con lombrices permite fabricar abono orgánico.
Actualmente, cada animal le genera 18 kilos de leche e igual cantidad de abono al día.
Este mismo producto lo usa en sus siembras de ñampí, maíz, cebollín, chayotes y la misma caña de azúcar y morera, con la que alimenta a sus animales.
Además, el mismo excremento es utilizado para generar gas, por medio de un biodigestor y así cocina y tiene electricidad en su finca.
Asimismo, posee la única porqueriza donde los cerdos son vegetarianos, garantizando la calidad de su carne.
“Es pura carne, cero grasa y la venta directo a los clientes”, explicó don Anselmo.