El canciller de Nicaragua, Norman Caldera, pretende ser el vocero de Centroamérica en las futuras negociaciones de un acuerdo de asociación con la Unión Europea (UE).
El jefe de la política exterior nicaragüense confirmó a La Nación, mediante una respuesta por escrito, que está dispuesto a aceptar el ofrecimiento que, según él, le hicieron los presidentes de cinco países centroamericanos.
En el texto, el Canciller se inclinó por utilizar un solo vocero como canal de las posiciones que expresen los representantes de cada uno de los seis países que negociarían con la UE: Guatemala, Honduras, El Salvador, Nicaragua, Costa Rica y Panamá.
Costa Rica, sin embargo, no está de acuerdo con un solo vocero y aboga por una coordinación rotativa, tal como lo hizo el istmo en la negociación del Tratado de Libre Comercio (TLC) de Centroamérica con Estados Unidos.
“Independientemente de la nacionalidad del coordinador, Centroamérica no tiene una estructura negociadora que permita utilizar un solo vocero con los europeos”, dijo el ministro de Comercio Exterior, Marco Vinicio Ruiz.
Costa Rica. El Ministro aseguró que sus colegas centroamericanos se inclinan más bien por el formato usado con Estados Unidos. Dijo, además, que Costa Rica debería tener preeminencia, por ser el que más exporta a Europa.
“Además, el ministro Caldera tiene un problema: su Gobierno termina en enero. ¿Cómo un Ministro aduce que ya tiene respaldo de otros Gobiernos para cuando termine su gestión? Es totalmente ilógico y contraproducente”, reiteró el funcionario tico.
Caldera dijo que no se requiere rotar al vocero pues las exposiciones serán técnicas y no políticas. Además, aseguró, debería haber consulta constante con los ministros de cada país. El diálogo empezaría en el 2007, en fechas y con un formato que se definirán cuando Bruselas emita el mandato de negociación, quizá en noviembre.
El acuerdo de asociación incluye un TLC que permitiría al istmo exportar más y a los europeos aumentar sus inversiones en Centroamérica.
El acuerdo también tiene un componente de cooperación y de diálogo político, insistió la semana antepasada el presidente del Parlamento Europeo, Josep Borrell, quien abogó por un solo interlocutor, como en la UE.