El caso de un cocodrilo al que le cortaron la cola y luego dejaron vivo, condenado a horas de sufrimiento y sin posibilidad alguna de sobrevivir, motivó un llamado de ayuda del Sistema Nacional de Áreas de Conservación (Sinac) que busca a los responsables.
La mutilación se registró a finales de octubre en Tárcoles, cantón de Garabito, Puntarenas, a donde se trasladó personal de la Oficina Subregional Orotina del Sinac luego de recibir la alerta de un turoperador quien descubrió al cocodrilo herido, de tamaño mediano, sobre un playón de la desembocadura del río Grande de Tárcoles en el sector de playa Azul.
“Al llegar, vimos que estaba con los ojos abiertos, seguía vivo. Lo subimos en una lancha para llevarlo a una veterinaria en Herradura donde se le practicó la eutanasia porque estaba sufriendo demasiado. Le cortaron la cola tan cerca del tronco, que las vísceras se le salieron. Dejarlo así habría sido condenarlo a una agonía mayor”, explicó Paola Alvarado Lezama, funcionario del Sinac.
“Es una acción abominable contra un animal indefenso ante depredadores humanos ante quienes no puede defenderse”, afirmó.
Cuando Alvarado se acercó, el animal tenía restos de un trasmallo (un instrumento de pesca hecho de paneles de redes) en el hocico, lo cual sugiere que pudo atorarse en una de estas redes cuando fue atacado. Tanto había sufrido que al llegar al consultorio, respiraba con mucha dificultad y apenas tenía pulso cardíaco, lo cual también confirma que sufrió por horas.
“Estos animales son salvajes, muy fuertes y violentos si algo se les acerca. Imagínese que estaba tan mal que no hizo nada por defenderse cuando nos acercamos a él. Parpadeaba muy lento y era por completo evidente que estaba agonizando en sufrimiento”, agregó.
La funcionaria explicó que este acto de crueldad habría sido para llevarse la carne para consumo humano.
Este tipo de ataque, agregó, condena a estas criaturas a una muerte segura debido a la importancia de ese apéndice gracias al cual puede nadar y equilibrar su cuerpo en el agua. Además, les sirve como reservorio de grasa y es parte de sus defensas naturales. Sin la cola, no pueden sobrevivir, concluyó.
Alvarado y otros de sus compañeros dieron parte a la Fiscalía de Garabito. Sinac espera colaboración de la ciudadanía para dar con los autores. Las personas pueden comunicarse con garantía de resguardo de sus identidades al número 2428-9792 o escribir al correo paola.alvarado@sinac.go.cr.