Es el "Chayanne guapo" que se sube en los autobuses de Desamparados San José y hace reír a los pasajeros con sus ocurrencias, sus versiones ininteligibles de conocidas canciones y su movimiento de cadera.
Se llama Juan Carlos, no se acuerda de sus apellidos y mucho menos de su edad, aunque por comodidad manifiesta que tiene 20 años.
Vive en el caserío Los Guido (Patarrá de Desamparados) con sus papás, a quienes les entrega la plata que gana.
En complicidad con choferes amigos, Juan Carlos sube a los autobuses. Canta, desentona, grita, cambia las letras de las canciones, tararea la música y, como no sabe inglés, hace un enredo para confundir el oído y no detener el show ; todo con una expresión de alegría y emoción contagiosa.
Los pasajeros ya le han tomado aprecio , se divierten con sus salidas y siempre le dan alguna monedita.
Él trasnocha y acompaña a los choferes en sus últimas carreras; eso sí, no madruga. Es casi a las 11 a. m. cuando llega a la Municipalidad de Desamparados y, después de hablar con el "cheque", empieza su faena: prefiere los buses de Calle Fallas y Dos Cercas.
Su repertorio es amplio: abarca desde canciones infantiles, como El ratón vaquero , cumbias, rancheras y hasta alabanzas cristianas.
"La gente me 'quere'. Gusta como yo canto y me ayuda... Tengo una grabadora grande y oigo radio Emperador , la ley de la música", afirma entre risas Juan Carlos, quien se despide con un "Dios los bendiga y les repare más".