Cuando nuestros jóvenes, en uso de su moderna jerigonza lingüística, dicen choza en vez de casa, seguramente ignoran que están regresando a la raíz y origen del vocablo. Efectivamente, la voz española casa proviene de su homónimo latino casa, que significa choza o cabaña. Es difícil tratar de explicar por qué se desechó el término latino, más adecuado, domus /casa, vivienda/ y se adoptó, en cambio, el inapropiado casa. Tal vez las condiciones socioeconómicas de los pioneros de la lengua castellana determinaron el fenómeno. De hecho, sin embargo, la voz latina domus produjo diversos vocablos en nuestro idioma: domicilio, doméstico, mayordomo...
De la voz también latina mansio /albergue, vivienda/ se derivó en español mansión, al igual que el inglés mansion. Mansión en nuestro idioma significa, según el diccionario académico, morada, albergue. En inglés, en cambio, mansion denota específicamente una residencia grande y lujosa. En Inglaterra, por ejemplo, la casa solariega del señor de un feudo se denominaba mansion. Y el palacio del Lord Alcalde de Londres se conoce como The Mansion House. En español, por consiguiente, la palabra mansión significa simplemente vivienda, morada o residencia, sin la connotación de lujo o suntuosidad que el uso corriente le ha dado en algunas partes. Este empleo indebido es consecuencia, desde luego, del influjo del inglés mansion. Y su generalización es tal, que no sería raro que, andando el tiempo, el diccionario académico modificara así el artículo de MANSION: "Vivienda o residencia; especialmente se dice de la grande y suntuosa."
Ustedes acaban de leer una columna que escribí hace unos siete años cuando aún estaba en vigencia la edición 20 del DRAE (1984). Y di en el clavo porque, en la 21 edición (1992), el lexicón oficial agrega a mansión un nuevo significado: "Casa suntuosa." ¡Lo sospeché desde un principio...!