Una cocinera del hospital San Juan de Dios fue sorprendida con “rollos de lomo de res cuidadosamente adheridos a su cuerpo”.
“Había un faltante y se investigó a fondo hasta identificar a la sospechosa”, revelaron Carlos Alvarado y José Garita, administrador y jefe de Seguridad del hospital Rafael Ángel Calderón Guardia, respectivamente.
Según dijeron, también han sorprendido a otros funcionarios con pollos crudos ocultos en sus casilleros.
“Una vez vigilamos a una señora durante varios días y la vimos meterse el pollo, bastante deteriorado, entre sus ropas.
Una realidad. Esta es la realidad reinante en centros médicos como el México, el Calderón Guardia, el de Niños y el San Juan de Dios.
Mientras los ladrones atacan con arma blanca o aprovechan que el paciente está anestesiado para robarle un celular, hay empleados que se apoderan de tijeras, sábanas, paños, papel higiénico, medicamentos, costosos equipos y hasta comida.
Las autoridades hospitalarias también sospechan de médicos, enfermeras y otros empleados, a quienes tienen en la mira.