Los accidentes cerebrovasculares (ACV, popularmente conocidos como “derrames cerebrales”) son de las principales complicaciones crónicas en los últimos años. En Costa Rica, cada año se reportan cerca de 3.000 hospitalizaciones por esta causa.
Esta semana se celebró el Día Mundial del ACV, y por este motivo, especialistas en Neurología y Neurocirugía buscan hacer conciencia de qué hacer para detectarlo y actuar a tiempo.
El neurocirujano Alfonso Lozada Díaz indicó que debemos tener en mente cuatro letras que conforman el acrónimo FAST (que significa “rápido", en inglés) y esto permite saber en qué momento debe buscarse ayuda cuanto antes para evitar secuelas mayores.
Cara (Face): Debilidad o “caída" en un lado de la cara.
Brazos (Arms): Dificultad para levantar ambos brazos.
Habla (Speech): Habla arrastrada o incomprensible.
Tiempo (Time): Llamar de inmediato al 911.
En español, la Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS) usa el acrónimo Camaleón para las mismas señales
CA (Cara): Debilidad en la mitad del rostro.
MA (Mano): Se pierde la capacidad para levantar las manos y los brazos.
LE (Lenguaje): Pérdida de capacidad para decir o entender palabras.
ON: Darle “ON” al teléfono y llamar al 911.
¿Qué es un accidente cerebrovascular y por qué es importante?
Hay dos tipos de ACV: el isquémico y el hemorrágico.
En el isquémico se tapa una arteria y esto impide el paso normal de la sangre hacia las neuronas. Esto puede deberse a la formación de un coágulo sanguíneo, o a que este se “arrastra” desde el corazón u otra parte del cuerpo hasta llegar a las arterias cerebrales. Como en el cerebro los vasos sanguíneos son más angostos, el paso de sangre se dificulta o se corta.
En el hemorrágico, una de las arterias cerebrales estalla y se provoca una hemorragia interna en el cerebro. Este segundo es menos común, pero podría ser más letal si no se atiende.
Las personas mayores de 55 años, quienes tienen antecedentes familiares y los que tienen enfermedades crónicas como hipertensión, diabetes o males cardiacos tienen mayor riesgo de un accidente cerebrovascular. Lo mismo sucede con quienes fuman, consumen alcohol en exceso y son sedentarios.
El principal problema de los ACV son las secuelas que pueden dejar. Muchas pueden ser permanentes si no se atienden:
- Debilidad o parálisis en un lado del cuerpo.
- Dificultades del lenguaje como afasia (dificultades para leer o escribir), apraxia (pérdida de capacidad de llevar a cabo movimientos), o disartria (alteración en la articulación de las palabras).
- Problemas cognitivos y de memoria.
- Alteraciones emocionales y de comportamiento.
Lozada señaló que la recuperación y las terapias deben adecuarse a las condiciones y lesiones de cada paciente, por lo que el seguimiento y el compromiso con la rehabilitación son vitales.