En el Cuerpo de Bomberos de Costa Rica, los voluntarios representan el 60% de la fuerza, pues del total de 2.000 personas que laboran en esta institución, 1.200 lo hacen de forma gratuita. No obstante, Luis Fernando Salas, director operativo de la organización con 40 años de servicio, asegura que las puertas siempre están abiertas para nuevos colaboradores.
Por ese motivo, en esta entrega del blog “¿Cómo hago mis trámites?”, le explicamos cuáles son los requisitos y procesos que se deben realizar para sumarse a la benemérita institución. Según explicó Salas, el primer y más importante requisito que se debe tener es “querer ayudar al prójimo, sin saber siquiera cómo se llama, o si lo voy a volver a ver alguna vez. Eso es lo que hace la diferencia para ser voluntario”.
Si usted se identifica con esta descripción, el primer paso hacia su meta de ser voluntario es llamar a la estación de Bomberos de su preferencia y agendar una cita con el coordinador de la compañía de bomberos voluntarios de la estación específica. El día que usted asista a dicha reunión, si lo desea, empezará la primera de tres etapas, la de “Visitante”. A continuación, le explicamos cada una:
Visitante
En la primera etapa, el objetivo es que usted vea cómo funciona una estación de Bomberos. Durante este tiempo, usted conocerá a los compañeros, participará en la reunión semanal de la compañía de bomberos voluntarios y, finalmente, obtendrá la información necesaria para decidir si está dispuesto a asumir el reto.
Esta fase puede tener una duración de una semana hasta tres meses, o el tiempo que usted requiera para decidir si desea formar parte del Cuerpo de Bomberos. Si la respuesta final es positiva, pasará a la segunda etapa, la de “Aspirante”.
Aspirante
Esta es la etapa más larga del proceso, pues tiene una duración de seis meses. Para iniciar esta fase usted debe inscribirse en una inducción y debe solicitar que lo incluyan en una póliza, todo esto se gestiona con el coordinador de la compañía de bomberos voluntarios de su estación.
Durante toda esta fase, usted será sometido a pruebas físicas y médicas, para determinar si es apto para las tareas que deberá realizar.
Salas resaltó: “Nosotros no medimos si la persona es pequeña o alta, delgada o gruesa, sino que medimos que pueda hacer unos determinados movimientos y tareas, si la persona puede nadar ciertos metros en un determinado tiempo, si padece de alguna enfermedad como vértigo, problemas de audición, claustrofobia, miedo a las alturas, entre otros”.
Además, el Cuerpo de Bomberos le ayudará a adquirir los conocimientos y destrezas para realizar las tareas. Le enseñarán teoría del fuego, tipos de mangueras, categorías de emergencias y más competencias. Conforme avance en los módulos, usted deberá superar algunas pruebas con nota mínima de 85. En los últimos meses, podrá empezar a viajar en el camión de emergencias y aunque todavía no participará de los eventos, se va a someter a la presión de atender las llamadas de auxilio.
Salas recalcó que el aspirante a voluntario realiza estas tareas en sus tiempos libres o fines de semana, razón por la cual la entidad se adapta a las particularidades y responsabilidades del voluntario. No obstante, en todo momento debe cumplir con un mínimo de 10 horas semanales de servicio.
“Muchos llegan a dormir a la estación y ya suman esas horas, otros llegan dos horas al día después de la jornada laboral. Hay flexibilidad, se entiende que es una persona voluntaria. Primero están sus compromisos, cada quién elige cómo prestar servicio. Incluso tenemos muchachos que están estudiando y llegan a estudiar a las estaciones, y nosotros los apoyamos”, destacó Luis Fernando Salas.
Aspirante en inducción
Durante el último periodo, que tiene una duración de tres meses, el aspirante finalmente podrá salir en el camión a atender emergencias con sus compañeros, manejar mangueras, extinguir incendios y poner en práctica todas las destrezas aprendidas. Esta es una especie de “prueba de fuego” que demostrará que el candidato es apto para las responsabilidades que deberá asumir.
Superada la etapa de “Aspirante en inducción”, el candidato pasa a ser bombero voluntario en propiedad y ya puede prestar servicio. Se le otorgará un espacio en la estación de bomberos, con su propio uniforme y equipo especializado. Deberá continuar con la cuota mínima de disponibilidad de 10 horas por semana.
“El voluntariado es sumamente importante y hace diferencia. En este último incendio en el hotel en San José centro había 40 o 50 bomberos voluntarios y 30 bomberos asalariados, su trabajo es encomiable y desinteresado. Al país y a la sociedad le aportan gran labor. Son bienvenidos todos”, agradeció Salas.
Actualmente, el Cuerpo de Bomberos tiene 78 estaciones en todo el país, y cada estación tiene una compañía de bomberos que, dependiendo de la categoría y el tamaño de la localidad, puede ir de 15 personas en una zona rural, hasta 30 en las ciudades más grandes.
Luis Fernando Salas destacó las satisfacciones que conllevan para una persona ofrecer sus cualidades y destrezas de forma voluntaria para el auxilio de semejantes que se encuentran en apuros. “Todos llevamos dentro ese espíritu de servicio ante una calamidad, eso es una respuesta humana, todo ser humano puede ser voluntario en los cuerpos de emergencia nacionales.
“Tenemos la obligación de poner un granito de arena, devolverle al país y a la sociedad algo de lo que nos ha dado, pero, además, hay una satisfacción interna de que podemos hacer algo más por los semejantes. Servir nos impregna de los valores de las instituciones, que engrandecen al ser humano y de los que aprendemos cuando colaboramos. Los invito a que lo hagamos y busquemos nuestros espacios para servir al prójimo”, rescató el experimentado bombero.
Esta publicación forma parte del blog “¿Cómo hago mis trámites?”, donde le ofrecemos otros temas que pueden ser de su interés. En caso de que usted desee hacer alguna petición o sugerencia, escriba al correo roger.bolanos@nacion.com.