Casi dos años después de la desaparición de Francisco Sánchez Potosme, conocido como Panchito, el Tribunal Unipersonal de Desamparados –San José– condenó a dos años de prisión al padrastro por la sustracción del menor.
La sentencia, leída ayer a las 2 p. m., aunque provocó una reacción positiva, dejó otra gran interrogante: ¿cuál fue el destino del pequeño de 7 años de edad?
El juez Carlos Salazar Chinchilla, al declarar culpable al padrastro Rónald José Alvarado Sandino, le revocó una orden de excarcelación y dictó seis meses de prisión preventiva, mientras el fallo queda firme.
Justificó esa decisión al comentar: “El delito de sustracción es muy grave, máxime que el niño no ha aparecido.
El perjuicio es inmenso. El dolor que usted ha provocado en la madre es impactante. El daño es terrible”.
Terminado el debate, la madre de Panchito, Ángela Potosme Salazar, suplicó: “Antes de ir a la cárcel, lo que deseo es que me devuelva a mi hijo”.
Por el contrario, Jimmy Fonseca Villegas, defensor del condenado, dijo que presentará un recurso de hábeas corpus porque a su defendido se le debió conceder el beneficio de la ejecución condicional de la pena y no ir a la cárcel.
Por este caso, Rónald Alvarado Sandino había descontado seis meses de prisión preventiva; por tanto se estima que podría cumplir la pena antes de setiembre.
Legislación endeble
La fiscal Guiselle Rivera, en la etapa de conclusión y al solicitar la aplicación de la pena máxima por el delito de sustracción de menor, comentó que este hecho sancionado en el artículo 184 del Código Penal, con prisión de seis meses a dos años, tiene una condena muy baja.
Agregó que posiblemente así se consignó porque se suponía que el menor sería devuelto a su familia, pero no se contempló que después de la sustracción, este nunca apareciera.
“El imputado tomó a Francisco se lo llevó y no lo devolvió, pero no solo se lo robó, sino que no ha demostrado el mínimo arrepentimiento”, concluyó la fiscal.