El Instituto Costarricense de Investigación y Enseñanza en Nutrición y Salud (Inciensa) confirmó la tarde de este sábado el primer caso de la variante ómicron de la covid-19 en Costa Rica.
Se trata de un niño de 8 años, que presentó fiebre, dolor de cuerpo y malestares generales; actualmente, se encuentra estable y en aislamiento en su casa de habitación en la provincia de San José.
“El menor es contacto de casos positivos familiares. Se trabaja en la investigación epidemiológica del caso y sus contactos. Preliminarmente, se maneja la información de un antecedente de viaje familiar, la primera semana de diciembre, a Estados Unidos”, explicó el ministro de Salud, Daniel Salas.
El paciente se realizó su prueba PCR en un hospital privado, el cual la remitió al Inciensa para fines de vigilancia genómica. Su muestra ingresó el 14 de diciembre, se tamizó el 15 y la secuencia genómica estuvo disponible este 19 de diciembre.
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El Poder Ejecutivo indicó que este hallazgo no implica cambios en las medidas vigentes, al tiempo llamó a la población para redoblar el cumplimiento de protocolos de autocuidado: espacios ventilados, uso correcto de la mascarilla, lavado de manos y completar los esquemas de vacunación contra la covid-19. El Gobierno pidió, además, “aprovechar las terceras dosis disponibles para mayores de 65 años”.
La variante ómicron fue detectada por primera vez en Sudáfrica el 24 de noviembre y desató preocupación mundial ante el temor de que resultara más transmisible. Aunque ya se extendió por al menos 90 países, incluido Costa Rica, aún se desconoce si causa síntomas más graves y si puede evadir la protección ofrecida por las vacunas.
Los datos preliminares indican que esta variante puede reinfectar más fácilmente que las anteriores a las personas que ya han tenido covid-19 o han sido vacunadas, pero también podría causar una enfermedad más leve, según la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Según informó la agencia AFP el 17 de diciembre, una hipótesis sobre ómicron es que el virus habría mutado lentamente en el organismo de una persona con inmunodeficiencia, un proceso que duró varios meses, hasta llegar a la versión actual.
Muy contagiosa
Es muy contagiosa, “a un ritmo que no habíamos conocido hasta ahora con ninguna otra variante”, advirtió anteriormente Tedros Adhanom Ghebreyesus, director general de la Organización Mundial de la Salud (OMS). Esta nueva versión “se halla probablemente en la mayoría de países”, añadió.
Sudáfrica, Dinamarca y el Reino Unido advirtieron de que los casos están creciendo de forma exponencial. Ómicron podría ser la variante dominante en Europa para mediados de enero, según la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen.
Los científicos dicen que las variantes ómicron y delta podrían convivir, como sucede con ciertas variantes del virus de la gripe, o que ómicron gane terreno para luego volverle a dejar ventaja a delta.
Las mutaciones que presenta la variante ómicron pueden reducir considerablemente la inmunidad de anticuerpos del virus, reportó AFP. En consecuencia, puede probablemente reinfectar a personas que previamente estaban afectadas por el virus, y contaminar a un número importante de personas ya vacunadas.
Por el momento, una dosis de refuerzo de las vacunas ayuda a reforzar las defensas. Y en cualquier caso, los fármacos siguen siendo eficaces, aunque los anticuerpos que generan son solamente una parte de la respuesta inmunitaria.
Un estudio publicado esta semana en Sudáfrica sugiere que la vacuna Pfizer/BioNTech es eficaz contra las formas graves de la pandemia causadas por ómicron.
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