El Reporte Mundial de Felicidad 2025 dejó a Costa Rica como el sexto país más feliz del mundo y el más feliz en América en un estudio que tomó en cuenta 147 naciones.
Costa Rica dio un salto de siete puestos en cuestión de un año, pues el año pasado estaba en el lugar 13. También obtuvo un mayor puntaje: 7.274 puntos de 10.000 posibles, 319 puntos más que hace un año. Esto lo ubica a 462 puntos de Finlandia, en el primer lugar y 5.910 por encima de Afganistán, que en el puesto 147 ocupa el último sitio.
¿Cómo sacan esas conclusiones los investigadores y las ubican en un escalafón? ¿De dónde obtienen los puntajes de cada país? La Nación revisó cada uno de los rubros usados en la medición y cómo estos influyeron en la calificación tica.
Antes de continuar, una salvedad: los creadores del reporte son enfáticos en que el hecho de que Finlandia, ocupe el primer lugar del –o que Costa Rica tenga el primer lugar de América– no significa, ni por asomo, que los habitantes de esa nación sean los más felices del planeta (o de la región). Pero en dichos países sí hay más oportunidades o herramientas para alcanzar la felicidad en comparación con quienes viven en otros lugares.
“Es un término subjetivo, pero el uso de estas valoraciones, si bien no son perfectas, permite dar una idea, siempre y cuando seamos conscientes de su metodología y sus limitaciones”, indicó Andrey Sequeira Cordero, neurobiólogo e investigador del Instituto de Investigaciones en Salud de la Universidad de Costa Rica (Inisa-UCR).
Sequeira no formó parte de este reporte, pero su línea de estudio sí va enfocada a los diferentes aspectos que confluyen en el bienestar de las personas.
“Con todos los problemas que tenemos y que podrían atentar contra ese concepto de felicidad. Quizás todavía estemos en un punto en donde el costarricense ve su vida como privilegiada”, dijo.
Siete variables para medir la felicidad
El reporte toma en cuenta siete factores: la esperanza de vida saludable al nacer (cantidad de años que se vive con salud y calidad de vida), los índices de democracia y el producto interno bruto (PIB) per cápita.
Además, se toma de referencia una encuesta realizada por la firma Gallup en los países estudiados. De esta herramienta se analizan algunas variables: soporte social (tener a personas a quienes llamar en momentos difíciles), libertad para tomar decisiones, percepción de corrupción en el país y generosidad (donar a obras caritativas o participar en actos de caridad).
Además, se evalúan aspectos positivos de la vida cotidiana: risa, amor, momentos de diversión, así como sensaciones negativas: miedo, tristeza, inseguridad.
Este reporte añade una última variable: un país imaginario llamado “Distopía”, en donde los ciudadanos son menos felices y tienen la menor cantidad de recursos para conseguir la felicidad. Su nombre es el antónimo de “Utopía”. Los 147 países fueron comparados con Distopía.
La calificación de Costa Rica
Dentro de los aspectos que colocan a Costa Rica en una posición privilegiada está la esperanza de vida saludable. De los 81 años que vive en promedio un tico, 67,6 son con buena salud, un indicador que, aunque bajó durante la pandemia, es de los más altos del mundo. Ese indicador suma 680 puntos.
El apoyo social en momentos difíciles suma 1.054. La libertad para tomar decisiones otorga 950 puntos. La percepción de corrupción da 43.
El PIB per cápita suma 1.490. Esto puede parecer una puntuación alta, pero hay 57 países por encima de Costa Rica en esta clasificación.
El costarricense no considera que los compatriotas sean generosos. Este rubro nos asigna únicamente 70 puntos.
El resto del puntaje, el porcentaje más grande, se compone de la comparación con Distopía.
Lo que no se mide
Como cada año, el Reporte Mundial de Felicidad 2025 es realizado en conjunto por el Centro de Investigación del Bienestar de la Universidad de Oxford, la Red de Soluciones para el Desarrollo Sostenible de Naciones Unidas y la empresa Gallup.
Algunos críticos de este informe señalan que, aunque sí se abordan puntos importantes, deja por fuera aspectos que pueden ser clave en la construcción de lo que una persona define como felicidad.
Por ejemplo, no aborda la violencia, los homicidios, feminicidios, suicidios y accidentes de tránsito. Tampoco tiene en consideración los trastornos mentales y los servicios de salud mental.
Para Sequeira, es posible que no todas las personas se sientan identificadas con la calificación dada a Costa Rica o consideren que el país no brinda herramientas para ser feliz.
“Este tipo de herramientas y encuestas son representativas y les preguntan la opinión a muy pocas personas. Pero con la rigurosidad científica tienen metodologías que representan la población con una muestra. No todos nos veremos reflejados, pero es la fotografía de ese momento para el promedio de la población”, concluyó.