Costa Rica oficializó este jueves su incorporación al Mercado Eléctrico Regional (MER) para importar y exportar energía mediante el Sistema de Interconexión Eléctrica para América Central (Siepac).
Después de seis años de atraso, -con relación a los otros cinco miembros-, el pasado 29 de setiembre el país logró colocar cable en un trayecto de 32 kilómetros (km) entre Parrita y Palmar, en Osa, que impedía el flujo de energía desde Guatemala hasta Panamá.
El intercambio ahora será posible mediante una línea de transmisión de 1.800 km de largo, de los cuales 500 km se encuentran en territorio nacional.
Según el presidente del Instituto Costarricense de Electricidad, Carlos Obregón, el enlace a esa red le permitirá al país adquirir energía a precios más económicos y comercializar los excedentes, aunque no especificó de cuánto podría ser el ahorro para el consumidor final.
"Dependerá del momento y las condiciones del mercado (...) Los procesos en estas cosas son lentos, tiene que irse adecuando el mercado, se supone que cuando existe un mercado más grande hay posibilidad de optimizar los costos, pero esos son procesos paulatinos que se deben ir dando", dijo Obregón.
Por ahora, el ICE presupuestó ¢19.000 millones para importar energía en el 2015, esa suma es menor porque se espera incrementar la generación de energía hidroeléctrica en 280 megavatios (MW), a raíz de la ampliación de la Planta de Cachí y la apertura de Reventazón.
La línea Siepac tiene una capacidad de hasta 300 MW; más del 15% de la demanda máxima de Costa Rica.
El proyecto implicó un desembolso de casi $500 millones, de los cuales la mayoría (unos $253 millones) fue aportada por el Banco Interamericano de Desarrollo (BID). La línea la opera la Empresa Propietaria de la Red (EPR), conformada por socios de distintos países. Costa Rica fue el país ‘más costoso’ para implementar su incorporación al MER: implicó invertir $145 millones.