Raúl Reevés, un chileno que lleva dos meses viviendo en Costa Rica como nómada digital, ha trabajado desde las playas de Tamarindo y Nosara, en Guanacaste, así como en Santa Teresa y Jacó, en Puntarenas.
El suramericano, quien afirma estar encantado de vivir entre las playas costarricenses, cambió su rutina de vida y se aventuró a hacer lo que siempre deseó: trabajar remotamente.
Para ello, se hospedó en una cadena de hoteles que le permite alternar su estancia en diferentes destinos turísticos, siempre garantizándole espacios de trabajo y acceso seguro a Internet.
“Me habían hablado muy bien de Costa Rica, del surf, las playas, la gente; entonces, finalmente vi las opciones. Centroamérica era una muy buena opción y Costa Rica el lugar preciso”, dijo.
Su nuevo estilo de vida es más relajado, aunque siempre conectado a su trabajo. Ahora, cada mañana, después de surfear o hacer yoga, se enlaza a Internet y labora para una aplicación que él creó, la cual funciona en Chile, Argentina, Uruguay y México, sitios donde antes tenía oficinas.
“Siempre es un poco la misma dinámica, surf en la mañana, un rato de trabajar, conectarme con los otros países donde estamos trabajando, avanzar un poco y, después, tener la posibilidad de ir a la playa y básicamente, llevar una vida más tranquila”.
“Teníamos oficinas en cada uno de los países y, en el fondo, las cerramos y estamos todos trabajando vía remota hace ya un buen tiempo y ha funcionado increíblemente”, aseguró Reevés.
Raúl es uno de los nómadas digitales que han dejado sus oficinas y países de origen para trabajar desde cualquier parte del mundo.
El término nómada digital se utiliza para describir a personas que tienen la opción de teletrabajar y, por tanto, buscan nuevos países que se acomoden a sus gustos o nivel económico.
Muchos viajan por periodos que van desde semanas hasta meses, moviéndose entre ciudades, países y continentes.
Los nómadas digitales van por el mundo en caza de destinos turísticos, aventuras y experiencias. La industria turística de Costa Rica, con el potencial que posee el país, busca colocarse como uno de los principales destinos para estos trabajadores.
El país se promociona, por ejemplo, con cobertura de Internet en todo el territorio, parques nacionales con WiFi gratuito, destinos de playa y montaña distanciados por pocos minutos, aeropuertos internacionales abiertos y seguridad sanitaria ante la pandemia.
Según el Instituto Costarricense de Turismo (ICT), al hospedarse durante periodos más largos que los de un turista normal, los nómadas digitales hacen más compras en el mercado local, lo que anima la economía golpeada por la pandemia.
Pasan de adquirir los tradicionales servicios del turismo, como el alquiler de autos, a utilizar servicios adicionales como centros de salud, salones de belleza, supermercados, sodas, lavanderías y verdulerías, entre muchos otros.
Un estudio de la empresa estadounidense MBO Partners revela que, en el 2019, siete millones de norteamericanos se identificaron como nómadas digitales, de los cuales el 59% eran profesionales jóvenes, conocidos como millennials, que tiene pasión por los viajes y las aventuras.
Además, con la llegada de la pandemia, la cantidad de personas en teletrabajo se disparó.
La Organización Internacional del Trabajo (OIT) estimó que, a raíz de la crisis de la covid-19 del 2020, el 88% de las empresas a nivel mundial impulsaron el teletrabajo; antes de la pandemia, solo lo hacía un 4% .
Adaptándose y cazando nómadas digitales
Ante un mercado que va en aumento, Costa Rica busca atraer nómadas digitales que quieran sobrevolar la selva en canopy, visitar imponente volcanes y enamorarse de las maravillas del trópico.
Y empiezan a aflorar iniciativas privadas y públicas en busca de atraer a los nómadas digitales.
Un ejemplo es la cadena de hoteles Selina, que decidió ofrecer paquetes especiales para teletrabajadores que permiten alternar la estancia entre diez de los principales destinos turísticos del país.
Esta empresa incluso creó una oferta haciendo alusión directa al término nómada digital. Se trata de un paquete llamado Nomad Passport (pasaporte nómada), el cual ofrece a los trabajadores vivir en Costa Rica de uno a seis meses y rotar entre diez destinos como Jacó, Manuel Antonio y Santa Teresa en la costa de Puntarenas; Tamarindo y Nosara en la guanacasteca; y Puerto Viejo en Limón.
También, los nómadas digitales pueden laborar en la montaña de Monteverde, en Puntarenas; cerca del volcán Arenal, en San Carlos; o en San José.
Juan Gabriel Coto, director comercial de Hoteles Selina Costa Rica, afirmó que intensificaron sus estrategias para atraer nómadas digitales de todo el mundo en páginas como booking.com y en las propias.
“Hemos usado nuestras propias plataformas; nuestra página web se ha desarrollado este último año de pandemia para llegar a más clientes, con bases de datos de clientes que hemos tenido, los hemos tenido fidelizado, así como nuestra app”, dijo Coto.
Según el director comercial, la empresa adaptó los hospedajes con espacios adecuados para el teletrabajo, como salas de coworking y buen acceso a Internet. Disponen desde camarotes al estilo hostal hasta suites. Actualmente, hospedan a alrededor de 60 nómadas digitales.
La opción de ser nómada digital no es exclusiva para extranjeros; algunos nacionales ya se han aventurado a disfrutar de su propio país, como Pamela Furniss, una tica que, junto a su mascota, vivió durante cuatro meses en los hoteles de esta cadena.
Pamela trabaja para una compañía trasnacional que le permite hacer teletrabajo. Durante la pandemia, dejó su apartamento en Heredia y se dedicó a disfrutar de Costa Rica; actualmente, está fuera del país, pero de regreso retomará la experiencia.
Un volcán como vecino
El Hotel Campo Verde, en las faldas del Volcán Arenal en La Fortuna, San Carlos, ya está habilitando una segunda cabaña para teletrabajadores luego de que la primera diera buenos resultados durante la pandemia.
Lizbeth Olmos, propietaria del hotel, narró que la idea de adaptarse para los nómadas digitales surgió porque, con la llegada de la pandemia, un cliente decidió quedarse cuatro meses hospedado.
Hotel Campo Verde ya va por su tercer nómada digital, pese a la difícil situación que han vivido por la caída del turismo.
Uno de los huéspedes es el ingeniero agrónomo Daniel Mora, quien alquiló para los meses de febrero y marzo, pero ya desea alargar su estancia.
“Apenas te despiertas, escuchas el canto de los pájaros; abres la puerta y ves el volcán justo al frente, es algo que no podés encontrar en otra parte del mundo”, explicó el joven.
La propietaria del hotel agregó: “Yo creo que ahora es que va a madurar la idea, la situación de un teletrabajo ayudándonos todos, que te doy la comida en tal restaurante, que te doy el tour de sábado, yo hice un paquete de una semana”.
Desde el hotel, procuran enlazarse con otros actores de la comunidad, como los operadores de tours que llevan a los visitantes a las aguas termales o a paseos en kayak por el lago Arenal.
Otro de los sitios que posee un volcán como vecino es el Hotel Villa Florencia, en medio de una hacienda de caña de azúcar en las cercanías del Volcán Turrialba.
Ese lugar también apuesta por ser un sitio de atracción para nómadas digitales y, al igual que otros, dio sus primeros pasos con la pandemia en este mercado, habilitando áreas acondicionadas para el teletrabajo.
La propietaria Ida Herrera comentó que, en los últimos meses, se han hospedado teletrabajadores por varias semanas, principalmente familias que teletrabajan mientras sus hijos estudian de forma virtual.
“Tenemos una familia que el señor teletrabaja para una empresa, y la señora pasa con el hijo y la hija haciendo uso de la piscina, de los senderos y del área del hotel”, comentó Herrera.
“La gente hace teletrabajo y hace caminata, hace bicicleta, hemos hecho rafting, estamos cerca del Refugio La Marta; entonces, mandamos a las personas a hacer caminatas en las mañanas y tratan de escoger un espacio para hacer las actividades”, agregó la hotelera.
Proyecto de ley daría visas de larga estancia
En el ámbito público, un proyecto de ley busca potenciar los atractivos del país para los nómadas digitales.
El plan otorgaría un conjunto de beneficios a los trabajadores remotos como un permiso de permanencia por un año en el país, prorrogable por un año más.
No se les cobraría impuesto de renta y se les permitiría ingresos los equipos necesarios para laborar sin pagar gravámenes de importación. Además, tendrían la posibilidad de abrir cuentas bancarías.
Además, se les permitiría conducir con la licencia de su país de origen y se les pediría tener un seguro privado médico que cubra a la persona durante toda su estancia en el país.
Para optar por estos beneficios especiales, estos teletrabajadores deberán demostrar tener un ingreso mensual superior a los $3.000 (¢1,8 millones) en caso de venir solo y, si viene con familia, el monto sería de $4.000 (¢2,5 millones).
Para la firma Deloitte, especialista en impuestos, el planteamiento tributario es lógico, pues el nómada digital tiene un país de origen en donde le cobran impuesto por su salario. Por ello, sería inconveniente que, en Costa Rica, se le aplicara un segundo cobro sobre su ingreso.
La empresa agrega que, de acuerdo con el proyecto, los nómadas deberán aportar documentos para su visa, con los que el Gobierno podrá comprobar información y dar seguimiento a los turistas.
Si el teletrabajador desea venir con su familia, deberá solicitar visas para sus hijos y cónyuge; sin embargo, las exoneraciones fiscales serían únicamente para el trabajador remoto.
Según el diputado Carlos Ricardo Benavides, proponente del proyecto, esta propuesta busca reactivar la economía nacional, especialmente el sector turismo.
“Tenemos ya la capacidad instalada en materia de infraestructura turística, lo que no tenemos son turistas; lo que ha vivido el país durante el último año ha sido durísimo, tremendamente fuerte para el sector. La visitación de larga estancia, con los teletrabajadores nómadas digítales, nos puede ayudar mucho”.
“Recordemos que es gente que no vienen sola; la mayoría viene con su pareja o núcleo familiar, y gastan lo que les pagan en su país de origen aquí; forma parte de una poderosa manera para Costa Rica tenga grandes réditos económicos” , explicó el liberacionista.
Según informó BBC, en el 2020 varios países lanzaron propuestas similares para atraer trabajadores remotos. Por ejemplo, Bermudas lanzó el programa Work from Bermuda en agosto anterior, que permite teletrabajar remotamente por 12 meses en este territorio de ultramar británico.
La isla caribeña de Barbados también implementó un programa similar en julio, con permisos que cuestan $2.000 para individuos y $3.000 para familias. Para postularse, los ingresos anuales deben ser de al menos $50.000.
Actualmente, en Costa Rica, a los turistas usualmente se les otorgan permisos de hasta tres meses para estar en el territorio nacional.
Campañas que trascienden fronteras
Gustavo Segura, ministro de Turismo, explicó que las formas que el país usa para atraer a nómadas digitales no se diferencian de la estrategia utilizada para turistas internacionales, pues para ambos casos el país promociona los atractivos que encierra en su paraíso tropical.
“Ofrecemos un país de bienestar, de contacto con la naturaleza, un santuario para reconectar con lo esencial de la vida, tranquilidad, un clima ideal en cualquier época del año, con múltiples actividades al aire libre, sin aglomeraciones y, en la era de la pandemia, un sistema de salud robusto y un apego estricto a los protocolos sanitarios”, detalló el jerarca del sector turístico.
El jerarca destacó que la oferta nacional posee múltiples atractivos; donde el nómada digital puede encontrar playa, montaña, volcanes y una variedad de ecosistemas que le permiten pasar un mes en un destino de playa y otra temporada en la montaña, por ejemplo.
Alquileres por Airbnb
La plataforma Airbnb, que enlaza a turistas con personas que ofrecen hospedajes en numerosos países, también se ha dado cuenta del potencial de los nómadas digitales.
Según información proporcionada por esa empresa, para el 2021, la tendencia será viajar para vivir, trabajar y conectarse de forma segura desde otros sitios diferentes al país de origen.
Airbnb reveló que, según una encuesta hecha por esta plataforma a viajeros de Estados Unidos, el 83% de ellos está a favor de la reubicación como parte del trabajo remoto.
En Costa Rica, expuso Airbnb, los destinos que más crecieron en términos de búsquedas son Las Catalinas, Guanacaste; Playa Hermosa, Puntarenas; Punta Uva, Limón y Monteverde, Puntarenas.
Otros de los sitios más buscados fueron Sámara, Puerto Carrillo, Tamarindo y Pinilla, todos en Guanacaste, así como Montezuma y playa Santa Teresa, en Puntarenas.