La costarricense Sandra Cauffman es la nueva directora adjunta de la División de Astrofísica de la Administración Nacional de Aeronáutica y el Espacio de Estados Unidos (NASA). Tras 30 años de trabajo en la agencia, la física e ingeniera asegura que su motivación se mantiene intacta y que ni siquiera piensa en su jubilación, a pesar de ya tener derecho a ella. Durante los últimos 17 meses ejerció como directora interina de la División de Ciencias Terrestres.
“La NASA no es solo un trabajo para nosotros, es una manera de vivir, tengo amigos con 50 años acá. Todavía saco mucha satisfacción del trabajo que hago, pero todo empieza con un sueño. Para buscar mi sueño, tuve que salir del país, estudiar ingeniería, hacer muchas cosas y prepararme. ¡Usted no sabe el pánico que yo sentí cuando me monté en ese avión para salir de Costa Rica! Pero es tirarse al agua, empezar a nadar y, eventualmente, aprender a nadar. Tener el miedo, pero hacer las cosas de todas maneras”, comentó Cauffman en entrevista con La Nación.
De esta forma, la costarricense coordinará la ejecución del presupuesto anual de la División de Astrofísica, de $2.000 millones. Al momento de esta entrevista, el miércoles 8 de diciembre de 2021, Cauffman estaba en el Centro Espacial John F. Kennedy en Florida, Estados Unidos, supervisando el lanzamiento de la misión IXPE, que estudiará los cambios en la polarización de la luz de rayos X de algunas de las fuentes más extremas del universo, incluidos los agujeros negros.
La ingeniera de 59 años, nacida el 10 de mayo de 1962 en San José y egresada del Liceo Luis Dobles Segreda, explica que su puesto será complementario al de Paul Hertz, actual director de la división. “El director adjunto tiene que ser una persona con experiencia en gestión de proyectos, implementación de misiones, construcción de satélites, instrumentos y, por supuesto, gestionar todo el proyecto, los dineros, los itinerarios, todo eso. El director normalmente tiene un perfil más científico. Yo no soy científica, yo soy ingeniera, pero el grado en física que saqué me ha ayudado a trabajar con científicos, y eso es fabuloso”, detalló.
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De hecho, fue Hertz el que pidió a Cauffman como su directora adjunta, ya que, tras quedar vacante dicho puesto, el científico buscó un perfil experimentado para delegar sus responsabilidades, dado que anteriormente comunicó a la NASA sus intenciones de dar un paso al lado del cargo en que lleva casi 10 años.
“Él no quería entrenar a una persona nueva para el puesto, y yo tengo experiencia trabajando en dirección de misiones científicas. Cuando se vio sin director adjunto, me llamó, me dijo que me conoce y que sabe que soy capaz y que si él tenía que irse, yo me podía quedar en funciones mientras conseguían un reemplazo. Después de casi seis años de trabajar en la División de Ciencias Terrestres, me dije ¿por qué no?”.
“Queremos saber si hay vida en otros planetas”
Cauffman explicó que la División de Astrofísica enfrenta un proceso de renovación con el acompañamiento de la Academia Nacional de Ciencias de Estados Unidos (NAS), que cada 10 años da recomendaciones de cara al futuro. Su papel como directora adjunta será trascendental para este periodo de cambios. “El director quiere que sea un nuevo científico el que guíe ese nuevo proceso”, relató la ingeniera.
No obstante, su nueva división continuará en la búsqueda de hallazgos en las principales dudas que motivan el saber astrofísico: ¿Cómo funciona el Universo? ¿Cómo empezó todo? ¿Cómo el Universo se desarrolló en la forma en que lo conocemos? ¿Hay planetas similares al nuestro? Y por supuesto, ¿hay vida en otros planetas?
“Estamos muy emocionados porque el 22 de diciembre lanzamos el telescopio más grande que hemos construido, el James Webb Space Telescope, desde Guyana Francesa, en Suramérica. Es un telescopio de infrarrojo que nos va a dar una vista del Universo que no hemos tenido antes, mucho más de lo que hemos podido con el Hubble. Siempre que veo un lanzamiento me dan nervios”, reveló Cauffman, quien tras tres décadas mantiene su ilusión intacta.
Entre las metas más próximas y ambiciosas de la NASA se encuentra la obtención de una muestra de tierra de Marte, pero, además, planean visitar los conocidos “mundos oceánicos”, es decir, cuerpos cubiertos mayormente por agua, como lo son las lunas de Júpiter (Europa, Ganímedes y Calisto), Saturno (Encélado, Mimas y Titán) o Neptuno (Tritón), así como el planeta enano, Plutón.
“Sabemos que Marte tuvo un océano tan grande como el océano Pacífico, así que pudo haber vida, pero si vemos bajo un microscopio una muestra del terreno y encontramos, aunque fuera una ameba, esto sería algo increíble para la humanidad. Hemos visitado con diversos vehículos todos los planetas del sistema solar, pero queda mucho trabajo por hacer”, señaló Cauffman ilusionada.
Finalmente, dejó un mensaje para las nuevas generaciones: “Tenemos que planear nuestras vidas. Así como nosotros planeamos nuestras misiones, con el fin de ir a la Luna o a Marte, es lo mismo con nuestras vidas, tenemos que empezar con ese fin en mente y luego prepararnos. Aunque no lleguemos a la meta, en el proceso de subir peldaños vamos a aprender, pero si no tenemos metas, no importa para dónde vamos. Mi meta era ir a la Luna, y aunque no lo hecho, William Shatner fue al espacio con 90 años, ¡Yo aún tengo tiempo!”.
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