La fuga de especialistas golpea al Hospital Nacional de Niños (HNN). Renuncias de, al menos, 31 especialistas en áreas críticas para cirugías provoca que los quirófanos del centro médico permanezcan ociosos durante horas y que 4.850 menores se encuentren en lista de espera para una operación.
En este momento, por ejemplo, el centro médico cuenta con solo nueve especialistas en Anestesiología Pediátrica, aunque debería tener 24. Ortopedia, el área que más cirugías requiere, tiene solo a cinco especialistas, cuando debería tener nueve.
Y en Cardiología y Cirugía de Tórax, otros servicios clave, hacen falta cuatro. También hay un déficit de dos oftalmólogos.
Lo anterior impide hacer un uso pleno de los recursos con que se cuenta para realizar cirugías.
Un informe de la Auditoría Interna de la Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS) señaló que los quirófanos de ese hospital permanecieron cerrados 192 días entre 2023 y 2024, lo que pone presión sobre tiempos y listas de espera. Esto representó una subutilización equivalente a ¢16,9 millones.
Para Carlos Jiménez Herrera, director del centro médico, aumentar el volumen de cirugías es impensable cuando la cantidad de profesionales es cada vez menor.
Dicho hospital, al igual que los demás de la CCSS, enfrenta desde hace meses la renuncia de médicos que salen hacia la medicina privada o que buscan ser recontratados en el Seguro Social, pero con el esquema de salario global que significa un aumento con respecto a su sueldo actual.
“El hospital tiene 14 subespecialidades quirúrgicas y hemos tenido fugas en todas. El salario global nos ha golpeado. No tengo cómo ofrecerles para retenerlos”, comentó Jiménez en entrevista con La Nación.
Un equipo de cirugía no solo es el cirujano, aclaró el jerarca. También hay ayudantes de cirugía, enfermeros instrumentistas, auxiliares, personal de aseo. Cuanto más compleja es la intervención, más profesionales con perfiles específicos habrá.
“Sin esas piezas no se puede hacer. Además, en las cirugías más complejas, también hace falta recuperación en cuidados intensivos. Necesito médicos y enfermeros intensivistas”, puntualizó.
Jiménez aclaró que hay otra variable que puede incidir en el rendimiento de las salas quirúrgicas: la complicación de los procedimientos.
“Cirugías cardíacas, las de columna, algunas de urología y de neurocirugía requieren de un tiempo mayor. Esto hace que una sola jornada yo pueda operar a un solo paciente. Hay cirugías que duran de ocho a 12 horas”, subrayó.
Por otro lado, el director indicó que solo en cuidados intensivos faltan 60 profesionales en enfermería.
Cada enfermero debería tener a cargo un paciente en cuidados intensivos, pero en este momento tienen de cinco a seis. Y hay necesidad de siete enfermeros instrumentistas en sala de operaciones.
Impacto en consulta externa
Las renuncias también impactaron las consultas prequirúrgicas, las cuales se asignan 48 horas antes de un procedimiento y que tienen como fin ver el estado de salud del paciente y determinar si este puede ser sometido a una cirugía.
Estas citas también permiten a los diferentes profesionales conocer los factores de riesgo, alergias o requerimientos específicos del niño.
Otro factor que ejerce presión es la judicialización de la salud, la cual ocurre cuando un paciente presenta un recurso de amparo a la Sala IV para agilizar un procedimiento y logra una resolución favorable que debe ser atendida por el centro médico.ado de ¢342,7 millones.s
“Bajar la producción de cirugías diarias afecta la atención preoperatoria de las consultas de los especialistas quirúrgicos. Es imposible llenar ese número de pacientes con la inopia de especialistas”, destacó.
Para la Auditoría, los problemas tanto en las cirugías como en las consultas se deben a falta de organización.
“El liderazgo ha sido insuficiente en cuanto planificación, control y supervisión. Esto no garantiza la eficiencia en la administración de los recursos públicos”, cita el documento en sus conclusiones.
Según el informe, la planificación inadecuada redunda en mayores brechas para los niños de provincias costeras.
En espera de la cirugía
En el HNN hay siete salas de operación y dos espacios que se crearon como sitios transitorios. Una de estas debe utilizarse solo para emergencias. Esto deja a 14 subespecialidades para distribuirse en el tiempo con lo demás. Pese a esto, la falta de personal hace que los quirófanos pasen algún tiempo ociosos.
La renuncia de especialistas pediátricos en otros centros de salud también impacta de manera indirecta al Hospital Nacional de Niños, porque al final de cuentas los pacientes que no son atendidos en esos recintos llegan a sus instalaciones en busca de atención.
A lo anterior se le añade el creciente número de emergencias que se están registrando. El 53% de las operaciones realizadas por el HNN son urgencias que requieren resolverse para salvar la vida de las personas.
El restante 47% de las intervenciones son electivas, es decir, que son necesarias para mejorar la salud y calidad de vida del paciente, pero no son indispensables para salvar su vida. Estas son, precisamente, las cirugías que conforman la lista de espera.
“Siempre, siempre habrá pacientes que, por criterio de riesgo, hay que operarlos urgentemente. Niños que nacen con anomalías cardíacas que deben intervenirse en los primeros cinco días de vida.
“Y yo tengo que desplazar a un paciente que estaba en la lista electiva para intervenir a ese otro que, si no lo opero, se va a morir. Niños como ese no necesitan una cirugía, necesitarán dos, tres o cuatro”, manifestó Jiménez.
Por ello, hay pacientes muy complejos que no han logrado ser operados, aunque ingresaron en la lista en 2019 o 2020.
Otro factor que ejerce presión en la judicialización de la salud, la cual ocurre cuando un paciente presenta un recurso de amparo a la Sala IV para agilizar un procedimiento y logra una resolución favorable que debe ser atendida por el centro médico.
La Auditoría realizada por la CCSS recomendó la intervención del Departamento de Cirugía. El grupo interventor comenzó a trabajar en febrero y continuará hasta finales de octubre; ellos evalúan la administración y los riesgos de control interno.
Contrato con cooperativa
Pese a todas estas dificultades, el HNN ha logrado bajar, en el último año, la lista de espera de cirugía en unas 500 personas. Convenios con fundaciones en España y contrataciones privadas han ayudado a bajar la presa.
De hecho, un contrato con la cooperativa de salud Coopesaín permitió que se realizaran 530 operaciones entre enero y agosto del 2024.
No obstante, el contrato con esta institución vence el próximo 31 de marzo. La Auditoría señaló que esto significaba un gasto de ¢450 millones anuales y recomendó no continuarlo.
“Incluso la jornada en Coopesaín nos sale más barata que una jornada de producción (en tiempo extraordinario) aquí, y no tengo que aportar el personal. Esto ayudó a sacar una cifra muy importante”, especificó.
Profesionales muy especializados
Uno de los principales problemas que afronta el HNN es que no hay una formación de especialistas pediátricos en la cantidad necesaria.
El director del hospital sostuvo que esto sí se previó. A modo de ejemplo, indicó que en los últimos años se han formado cuatro cardiólogos pediatras, pero que las ofertas de trabajo en la CCSS son menos competitivas que las del sector privado o las que hay en el exterior.
Los especialistas cardiovasculares ni siquiera están en Costa Rica, están en Estados Unidos.
A esto se une el hecho de que el centro médico solo tiene dos ortopedistas especialistas en columna: uno se retirará el 1.° de abril y la segunda entrará en licencia de maternidad. También requiere formar dos neurocirujanos, pues dos están en edad de jubilación.
El problema es que la situación no se puede resolver con rapidez, pues la formación de estos profesionales puede tomar hasta seis años, posterior a la formación de medicina general. Y antes de esa formación, deben pasar un examen riguroso.
“Son personas que tienen que estar en capacidad de atender pacientes sumamente críticos”, resumió.
Frente a este panorama, Jiménez asegura que él y su equipo continuarán trabajando con los recursos que tienen, pero admitió que les preocupa que más especialistas se sumen a las renuncias.