En astronomía, una conjunción es un fenómeno visual cuando dos cuerpos celestes parecen estar juntos desde la perspectiva del observador. Sin embargo, esta proximidad es solo aparente: en realidad los objetos están separados por vastas distancias en el espacio.
La rotación de la Tierra hace que, al observar el cielo nocturno, se perciba que los astros se mueven. No obstante, esta “danza” es un efecto causado por el giro de la Tierra sobre su eje. Así, dependiendo del momento en que se observe, los cuerpos celestes parecen ocupar posiciones distintas respecto a horas anteriores. Este movimiento natural es lo que permite que Venus y la Luna sean visibles este 1 de febrero cuando, además, el satélite natural de la Tierra se encuentra en perigeo: la menor distancia a la Tierra en su órbita de 28 días a solo 367.456 kilómetros de nosotros.