Las risas de los chiquillos se pierden en los corredores de las nueve habitaciones y en medio de la amplia cocina y las áreas verdes.
A un costado de la iglesia de El Carmen de Mata de Plátano, Goicoechea, una casa propiedad de un cubano, alberga a 25 compatriotas suyos que llegaron a Limón el 24 de setiembre, a borde de una pequeña embarcación.
Los primeros dos días estuvieron en el hotel Toruma, en San Pedro de Montes de Oca, pero después se acomodaron en el nuevo hogar.
Por ahora gozan de la condición de posibles refugiados y el 10 de octubre se les comunicará la respuesta de la Dirección de Migración y Extranjería.
"La próxima semana se les resolverá su situación y es muy probable que se les dé su carné de refugiados", expresó Rogelio Ramos, ministro de Seguridad.
Eduardo Vílchez, director de Migración y Extranjería, agregó que será la Oficina de Refugiados de esa dependencia quien les comunique la noticia.
Mientras, los 15 varones buscan trabajo; cinco de ellos colaboran en labores de albañilería.
Las cuatro mujeres, por su parte, cuidan a los seis niños que también vinieron.
Felices y tranquilos
"Estamos muy contentos, aquí respiramos paz. Ya nos comunicamos con nuestras familias en Cuba y no pensamos regresar", comentó Sadia Arias.
La comunidad cubana en el país les ha facilitado alimentación y ropa, pues aún no tienen dinero para hacer sus compras.
"Esta casa nos la prestó por un mes un compatriota de nosotros; la verdad es que estamos muy agradecidos porque aquí vivimos muy bien", dijo Aluska Mesa.
Las mujeres se reparten las funciones del hogar: una cocina, otras lavan o cuidan a los niños. "El trabajo es en equipo, en familia", agregó Mesa.
Por ahora, las únicas salidas que han hecho es a las oficinas migratorias y para buscar nuevas casas.