El decomiso de los 3.900 kilos de cocaína efectuado el domingo anterior en aguas patrimoniales de Costa Rica es uno de los golpes que la Agencia de Lucha Antidrogas de Estados Unidos (DEA por sus siglas en inglés) ha dado contra la organización que despacha los cargamentos.
Según fuentes de la DEA en el país, en Tampa, Florida, las autoridades antidrogas en 1997 iniciaron una investigación contra dicho grupo que trafica drogas hacia Norteamérica.
Las pesquisas señalaron que la organización cuya identidad la policía mantiene en reserva es una de las principales que opera en Colombia desde hace algún tiempo. Algunos de sus integrantes ya se encuentran detenidos.
Información de inteligencia que la DEA obtuvo en los últimos meses indicaba que la banda se había alejado de las costas centroamericanas debido a los constantes patrullajes, razón por la cual se presumía que estaban pasando los cargamentos por mar abierto.
Aparte de los 10 detenidos que el domingo fueron capturados junto a la cocaína, en Tampa han sido procesados otros presuntos integrantes.
Sin embargo, por el hermetismo con que se manejan estos casos no fue posible conocer mayor información.
De acuerdo con Rogelio Ramos, ministro de Seguridad Pública, dicha incautación podría traer consigo otras capturas internacionales en los próximos días.
Ramos tampoco quiso ahondar en detalles para no entorpecer una investigación de la DEA y se limitó a decir que no se descarta que esta banda tenga o haya tenido movimientos y nexos en el país.
El primer golpe que las autoridades le dieron a este cartel fue en 1997, cuando se abrió el proceso judicial. Desde ese entonces, la DEA ha tenido al grupo en la mira para no perder de vista sus operaciones.
"Los narcos manejan inteligencia muy buena... Ellos siempre buscan el camino de menos resistencia, por lo que tienen que buscar mar abierto, lo que para ellos es muy peligroso porque no pueden ocultarse en las costas cuando se percatan de la policía", manifestó la fuente.
El decomiso más importante que sufrió esta organización es el efectuado en aguas de la zona de exclusión económica costarricense, a 150 millas náuticas de Punta Burica, en el Pacífico.
Allí, tras una persecución que se extendió durante tres horas, un buque de la marina de Estados Unidos, apoyado por un helicóptero, logró la detención de las dos lanchas que transportaban la droga.
Ambas embarcaciones, aparte de la droga y un poco de combustible, traían varios toldos azules que utilizan de día para no ser ubicadas desde el aire. Toda la nave era cubierta con esos plásticos y se dejaba en un mismo lugar hasta que cayera la noche.