A finales del 2007, un grupo armado entró al Ebais de Tirrases de Curridabat y despojó de todas sus pertenencias al personal médico y a los asegurados, al mejor estilo de las películas del Lejano Oeste.
Desde entonces, el enorme edificio que ocupaba ese servicio de salud está vacío. La Universidad de Costa Rica (UCR), a la cual la Caja le contrata la administración del Ebais, decidió trasladarlo al centro de Curridabat.
Las consecuencias las han tenido que pagar los vecinos de Tirrases, quienes ahora se deben trasladar más lejos para recibir atención médica.
Lo mismo se está viviendo en otros centros de salud de varios barrios marginales ubicados en el área metropolitana.
El hampa está asediando instalaciones sanitarias en precarios como Los Guido (Desamparados), Los Cuadros (Goicoechea) y Tejarcillos (Alajuelita).
Al menos, otros cuatro Equipos Básicos de Atención Integral en Salud (Ebais) han corrido la misma suerte que el de Tirrases.
Entre ellos, uno de Los Cuadros (Goicoechea), y otro en Los Guido (Desamparados).
La Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS) no ha cuantificado todavía el costo de tener que trasladar instalaciones o de equipar los edificios con sistema de vigilancia con cámaras, rejas, alambradas o tapias, además de aumentar el personal de seguridad.
Sin embargo, se calcula que el costo de las nuevas edificaciones, que ya están más preparadas para hacer frente a la ola de delincuencia, aumenta entre un 25% y un 30% debido a los cambios que se les debe hacer para convertirlas en instalaciones más seguras.
Impacto. El jerarca de la Dirección de Redes y Servicios de Salud de la Caja, Eduardo Cambronero Hernández, dijo que el hampa ha golpeado con más fuerza los centros de salud en los últimos cinco años.
Los vecinos de las barriadas marginales más afectadas también lo admiten, y lamentan que los Ebais estén cada vez más lejos de sus hogares.
“El nuevo Ebais quedó muy lejos. Solamente se puede ir en bus. La gente dice que fue porque se metieron a robar, pero no lo hubieran distanciado tanto. Ahora, cuesta más ir a las citas”, comentó Luisa García, de Tirrases.
El director del área de Salud de Alajuelita, Alejandro Zapata, contó que, en el caso de Tejarcillos, el personal de salud ha tenido que convencer a los vecinos sobre la necesidad de que ellos mismos ayuden a proteger las instalaciones.
El director del Hospital San Rafael de Alajuela, Francisco Pérez, confirmó que han debido desarrollar un sistema de monitoreo para impedir “el robo hormiga”.
La inseguridad también ha obligado a cambiar las rutas de las visitas domiciliarias que hacen los técnicos en salud.