Otra vez fracasó la negociación sobre el futuro del relleno sanitario de Río Azul pues la administradora del vertedero no aceptó recibir 250 toneladas menos de basura diarias como lo propone el Gobierno.
La Federación Municipal Regional del Este (Fedemur), encargada de Río Azul, insiste en que la disminución del tonelaje de desechos impedirá que se concrete el cierre técnico del relleno.
La vocera de Fedemur, Andrea Centeno, alegó que el dinero no alcanzará para sustituir la tubería de agua pluvial y para estabilizar la ladera sur porque calculó que percibirán ¢1,3 millones menos por día.
Además, advierte que tendrían que subir la tarifa de ¢5.545 a ¢8.017 por cada tonelada de desechos.
Razón. Las negociaciones se dan porque Río Azul debe cerrar el 30 de setiembre, pero el Gobierno dijo estar dispuesto a ampliar su funcionamiento por 18 meses más a cambio de que reciba menos basura.
Ahora, Río Azul trata 750 toneladas diarias de basura provenientes de 11 cantones metropolitanos.
El Gobierno le propuso ayer que deje de recibir 250 toneladas diarias de desechos. La reducción se haría de forma gradual: 50 toneladas diarias menos el primer mes, 50 en el siguiente mes hasta llegar a 500.
Las 250 toneladas que no podría recibir Río Azul serían llevadas al relleno de EBI en La Carpio.
Juan José Echeverría, representante del Gobierno, anunció que volverán a reunirse el otro lunes.
"Les entregamos un borrador del convenio para que lo analicen. Veo un ambiente positivo", dijo.