En octubre, el orgullo se viste de rosado; cuando juega la selección se camufla entre el blanco, azul y rojo; en junio se transforma en un arcoíris multicolor.
El orgullo, para millones, es de color negro como la noche.
Ese negro que se lleva en cada célula de la piel y que recorre todas las venas del cuerpo.
Que se mezcla con otros tonos para difuminarse, para avivarse, para quedarse.
Ese orgullo ha costado vidas, siglos de represión, luchas feroces en busca de igualdad.
Ese negro no es un color, sino todo lo que representa.
Este jueves 31 de agosto, Costa Rica celebró el Día de la persona negra y la cultura afrodescendiente.
Invitamos a costarricenses negros y negras de diferentes profesiones a dialogar con el impecable lente de nuestro fotoperiodista Albert Marín.
Las anécdotas de los momentos en que más honra han sentido de su color de piel, de su cultura y de sus raíces juegan con sus retratos para conformar un delicado fotoensayo con un objetivo claro: celebrar la diversidad que nos fortalece, conmemorar el camino que nos une.
Periodista en Revista Dominical. Bachiller en Ciencias de la Comunicación Colectiva con énfasis en Periodismo de la Universidad de Costa Rica y estudiante de Comunicación Audiovisual y Multimedial.
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