Fue un episodio que tardó alrededor de 18 horas. Un expolicía de apellido Sepúlveda mantuvo retenidas a seis personas en una vivienda en Ipís de Goicoechea.
La pesadilla para los miembros de la familia, de apellido Aguilar, se inició a eso de las 7:30 a. m., del lunes, cuando Sepúlveda llegó en busca de su exesposa y de su hija de 7 años; sin embargo, ellas no se encontraban en el sitio.
Ante esto, el exagente sacó un revólver y obligó a las personas, tres adultos y tres menores, a mantenerse en la vivienda.
El agresor exigía ver a su hija, pues no puede hacerlo por una orden de un juez.
También se quejó porque no ha podido obtener un trabajo tras su salida de la cárcel; goza de libertad condicional luego de haber sido condenado a siete años por robo agravado.
Aunque una de las víctimas logró acercarse a una ventana y mediante señas pedir a su vecina que llamara a la policía, esta no lo hizo por creer que era una broma.
“La señora me hizo señas indicándome que llamara a la policía, pero creí que me estaba molestando. Esto ocurrió en la mañana y lamentablemente no pedí el auxilio”, narró la vecina, quien solicitó mantenerse en el anonimato.
Larga jornada
Casi ocho horas habían transcurrido desde que se inició la retención, y tanto los vecinos como las autoridades aún desconocían lo que pasaba.
La voz de alerta la dio la propia exesposa del agente, quien llegó a la casa alrededor de las 3:30 p. m.
A partir de ese momento la tensión aumentó.
Mientras tanto, en la vivienda permanecían un hombre de 72 años y una mujer de 65, exsuegros de Sepúlveda, así como un joven de 16 años, un niño de 6, una niña de cinco y una mujer de 28 años, confirmó la policía.
Un agente del Organismo de Investigación Judicial (OIJ) y Luis Hernández, de la Fuerza Pública, iniciaron la negociación con el expolicía, con el objetivo de que se entregara.
La conversación empezó a tener éxito a las 10 p. m., cuando el agresor aceptó liberar a un joven de 16 años. Unos 20 minutos después fue dejado en libertad otro de los menores.
Angustia
El joven de 16 años aseguró ayer que todos los que estuvieron retenidos se encuentran bien, aunque reconoció que el susto aún no pasa.
“Todo fue muy tenso, por momentos nos obligó a permanecer en un cuarto, luego nos dejaba salir a la sala”, dijo el menor, quien fue el primero en ser liberado.
“Constantemente se enfurecía pues estaba muy irritado y hacía sus reclamos. También sentíamos temor porque portaba un revólver”, agregó.
Pese a la tensión, la víctima aseguró que mantuvieron la calma aún ante las amenazas.
“Solo esperábamos que se tranquilizara, nosotros hacíamos lo que nos decía. Yo logré salir porque me pidió que llamara a uno de los negociadores que se había retirado de la casa por unos minutos”, agregó.
A la 1:15 a. m. de ayer, Sepúlveda se entregó a la policía. De inmediato fue llevado a los Tribunales de Goicoechea, donde fue indagado por la Fiscalía.
El sospechoso enfrenta cargos por privación del libertad.