Atacar de entrada la dificultad para que se den nombramientos de educadores, los problemas de matrícula y el exceso de centralización de tareas son las primeras labores del ministro de Educación, Leonardo Garnier.
El jerarca cree que el ministerio a su cargo es "tan grande y complicado en su funcionamiento" que, en sus propias palabras, se ha convertido en una especie de "dinosaurio sobre patines".
Por ello, el funcionamiento administrativo del ministerio constituye la principal meta que se impuso Garnier para los primeros 100 días de Gobierno.
En primera instancia, explicó el ministro, tratará de atacar los problemas que generan múltiples quejas de los usuarios: nombramientos, matrícula y centralización de tareas.
Su otra faena en el corto plazo es terminar el método de elección y seguimiento a los estudiantes de secundaria que recibirán un subsidio de unos ¢40.000 al mes para que no dejen el colegio.
Explicó que aún se encuentra revisando el presupuesto disponible para determinar si hay fondos que se puedan reorientar a otro de sus grandes objetivos: la capacitación constante de los educadores.
Para ello, Garnier espera revivir el Centro Nacional de Didáctica, una entidad que existe dentro del Ministerio pero cuya función ha disminuido a través de los años.
También pretende analizar el tema del salario de los educadores.