Yahosca González, vecina de Palmar Sur, en Osa, usa su creatividad para rendir los 600 gramos de carne que recibe por parte del MEP, para sus dos hijos.
Ella mezcla la carne con papa, chayote o cualquier otro ingrediente para rendirla y que toda su familia pueda comer ese alimento, por lo menos dos días.
Para esta madre de 32 años, para su esposo, su hijo de 13 años y su niña de ocho, este paquete de alimentos es su única fuente para comer.
La ayuda la recibe cada 22 días, dos paquetes por cada hijo y cada uno equivale a ₡12.000; también incluye granos, leche, huevos, frutas y verduras.
El esposo de González trabajaba como operario pero perdió su trabajo a inicios de la pandemia.
Al comienzo de la emergencia, solo la niña, quien es alumna de la escuela de Palmar Sur, recibía el paquete; sin embargo, luego de que su esposo perdió el trabajo, ella fue a solicitar el beneficio para su hijo debido a que la situación era apremiante y solo estaban viviendo con un paquete de alimentos que desde el MEP esta concebido para cubrir los requerimientos nutricionales de un alumno durante 22 días.
“Estos diarios muchas veces es lo único que tenemos para comer. Nos está ayudando mucho, se supone que es solo para los niños pero uno no se va a poner cocinar solo para ellos. Nos dura como en 15 días. Uno trata de rendirlo, los 600 gramos de carnita lo que hago es partirla en dos y lo combinó con un picadillo de papá, chayote o otra cosa. Mi esposo no ha conseguido trabajo, a veces hace algunas chambillas y gana como ₡20.000 a la semana, eso nos sirve para pagar las otras necesidades y un poco de comida adicional”, dijo la madre de familia.
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Son 850.000 diarios que el MEP reparte cada 22 días en beneficio de alumnos de preescolar, primaria y secundaria en modalidades diurnas y nocturnas.
Según estimaciones de Leonardo Sánchez, director de Programas de Equidad del MEP, son cerca de 150.000 familias en pobreza extrema las que están dependiendo de ese diario para comer.
“Estas familias no cuentan con los recursos suficientes para comprar los alimentos básicos y dependen en gran parte de los paquetes de alimentos del MEP para satisfacer esa necesidad”, explicó el funcionario.
El presupuesto mensual para los paquetes ronda los ₡9.500 millones en promedio.
Las junta de educación de cada centro educativo arma los paquetes para que sean recogidos por los padres o encargados en el centro educativo, los proveedores, ya sean privados o del Consejo Nacional de Producción, son los que abastecen de los alimentos a las Juntas.
Sin alimentos
Sánchez dijo que, antes de la pandemia, había cerca de 70.000 estudiantes que iban todos los días a los comedores abiertos en vacaciones porque no tenían cómo alimentarse.
Sin embargo, dicha necesidad se ha recrudecido en la pandemia que ha aumentado el desempleo en un 24%, según el Instituto Nacional de Estadística y Censos (INEC).
Para él, es de esperar un incremento tanto de la pobreza general, que estaba en 21% para el 2019; así como el de pobreza extrema, 5,8% de la población el año pasado de acuerdo con el INEC.
“Si bien es cierto que el paquete es para los alumnos lo están usando todo el hogar y ahora muchas familias nos dicen es lo único que tienen para comer. Era para el alumno pero se ha transformado en un diario para la familia, lo consumen en una semana. La necesidad se da en zonas indígenas, en centros educativos aledaños a precarios, zonas rurales, zonas fronterizas, principalmenteen zona norte y Guanacaste, también el Pacífico central por el desempleo”, dijo Sánchez.
Según datos del 2019 del INEC (Encuesta de Hogares), de los cerca de un millón de estudiantes que asisten preescolar, primaria, secundaria, y otras modalidades formales) el 24%, aproximadamente, proviene de hogares en condición de pobreza y un 10% de hogares en pobreza extrema.
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Sanchez indicó que, en el 2018 la Universidad de Costa Rica (UCR) realizó un estudio para la Dirección de Programas de Equidad del MEP a una muestra de 4.858 estudiantes en todo el país. Este reveló que poco más del 25% de los estudiantes asistían a los centros educativos sin desayunar.
Necesidad insatisfecha
La pandemia trajo desempleo a la familia de Yorlenny Artavia de 41 años, vecina de Tirrases de Curridabat.
Ella tiene dos hijas, de un año y de 21 años; y un niño de 10 años.
La hija mayor laboraba en un catering service pero perdió su trabajo a inicios de la emergencia sanitaria y aún no ha encontrado.
La familia dejó de tener ese ingreso al hogar. Ahora, el paquete de alimentos que le dan al niño en la Escuela 15 de agosto se usa para alimentar a todos en la familia.
Artavia labora realizando costuras en su hogar pero las solicitudes de remiendos han bajado mucho desde la emergencia. El único ingreso de la familia es la pensión de sus dos hijos menores que suma ₡130.000.
“De esa comida comemos los cuatro, nos dura unos tres días. Es una gran ayuda porque me cubre tres días, hago que el paquete me rinda lo más que pueda. Por ejemplo, nos llega un muslo entero de pollo y lo divido en dos piezas, cocino una un día con papas y la otra me dura para otra comida”, dijo Artavia.
Según comentó Leonardo Sánchez, generalmente hay un porcentaje de la población estudiantil, un 4%, que antes de la pandemia no asustía al comedor porque no lo requerían.
Sin embargo, miles de encargados de familia, en especial madres, tocaron las puertas del Ministerio para solicitar el beneficio. La última encuesta realizada por la Dirección de Programas de Equidad del MEP a centros educativos (cuarta semana de mayo y primera semana de junio-2020) reveló la solicitud de paquetes de alimentación para 27.254 estudiantes de 1.150 centros educativos, en su mayoría de secundaria.
“Todas esas personas que antes no recibían el servicio han empezado a tocarle las puertas al MEP, en general, alegan que el padre se quedó sin empleo o le redujeron la jornada. Básicamente, por la disminución de la condición socioeconómica del hogar”, explicó el funcionario.
Sin embargo, el MEP ha tenido que decirles que no a estas familias por la falta de presupuesto. Poder cubrir esa demanda costaría mensualmente unos ₡350 millones adicionales.
Sánchez dijo que intentan buscar dónde se puede ahorrar para meter más beneficiarios, pero explicó que para lo que queda de este año, va a estar difícil poder atender esa demanda insatisfecha.
El Ministerio de Educación es el principal proveedor de alimentos del país. Sin embargo, también entregan paquetes de alimentos los comités municipales de emergencia, el Instituto Mixto de Ayuda Social (IMAS) y la Comisión Nacional de Emergencias (CNE).
Por ejemplo, entre marzo y junio, la CNE repartió 36.829 paquetes a personas aisladas por covid-19 y los Centros de Cuido y Desarrollo Infantil (Cecudi), distribuyeron, en ese período, víveres a 6.509 familias.