Un total de 15.881 pupitres quedaron vacíos luego de las vacaciones de medio periodo. Más del 90% de esos campos eran ocupados por alumnos que cursaban la secundaria en las modalidades para jóvenes y adultos.
De acuerdo con datos del Ministerio de Educación Pública (MEP), la deserción escolar equivale al 1,5% del total de 1.027.579 estudiantes matriculados para el curso lectivo del 2023.
Las regiones educativas que tuvieron más bajas luego del receso realizado entre el 3 y 14 de julio fueron Sulá, Zona Norte-Norte, Cañas, Peninsular y San Carlos.
El viceministro de Planificación y Coordinación Regional, Leonardo Sánchez, atribuyó el hecho de que el 98% de los alumnos se mantengan en las escuelas y colegios a “iniciativas proactivas y dedicación a una educación inclusiva y de calidad”.
“La Estrategia de Alerta Temprana, junto con los Equipos de Permanencia Regional (EPR) y Equipos Institucionales de Permanencia (EPI), ha sido esencial en identificar y mitigar situaciones de riesgo que podrían llevar a la exclusión educativa”, aseguraron las autoridades.
Melissa Jiménez, de la Unidad para la Permanencia, Reincorporación y Éxito Educativo (UPRE), mencionó que para mantener a los alumnos en el sistema se enfocan en tres pilares:
- El estudiante como núcleo del proceso educativo y agente de cambio.
- No dejar a ningún estudiante atrás, en especial aquellos en situación vulnerable.
- Y comprometer a toda la comunidad educativa.
En la otra cara de la moneda, un total de 6.491 estudiantes que fueron excluidos en el 2022 volvieron a matricularse este año en los diferentes niveles del MEP.
En setiembre de este año, la ministra de Educación Pública, Anna Katharina Müller, explicó a los diputados que a la mitad de los estudiantes que se salen del sistema “los pierden del radar”.
Sin embargo, durante el 2022 la cifra de exclusión representó un 2%, muy por debajo de las que se registraban años atrás, pues por ejemplo en 2017 era de un 7,2% y en 2016, un 8,4%.
El IX informe del Estado de la Educación destacó que el MEP implementó una serie de medidas orientadas a la retención estudiantil, sin embargo, señaló que estas medidas generan presión sobre los niveles superiores del sistema.
“La preocupación más urgente no radica en atraer a las personas estudiantes al sistema educativo, ya que las cifras oficiales de exclusión educativa alcanzaron un valor históricamente bajo, de 0,7 en 2021″, indicó el documento.
Según los expertos, el reto ahora está en aumentar la calidad y disminuir la pobreza de los aprendizajes manteniendo, al mismo tiempo, los bajos niveles de exclusión mostrados en los últimos años.