El 19% de los estudiantes en Costa Rica ha repetido grado al menos una vez durante su paso por la escuela o el colegio.
La información se desprende de la consulta realizada en el diagnóstico del Programa Internacional para la Evaluación de Estudiantes (PISA, por sus siglas en inglés) realizado en el 2022 a alumnos mayores de 15 años. La muestra, de 6.000 jóvenes, incluyó tanto a población rural como de áreas urbanas, y a estudiantes de centros educativos públicos y privados.
Como las pruebas PISA son elaboradas por la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), es posible comparar los resultados con las otras 37 naciones adscritas a ese organismo.
En ese escalafón, Costa Rica se encuentra entre los 20 países con los más altos niveles de repitencia, seguido por Alemania, con un 19,2%; El Salvador, con 19,8%, y Jamaica y Panamá, con 20,4%.
El promedio de la OCDE, o lo recomendado, es un 9%. Japón y Noruega tienen 0%; China registra 0,9%, mientras que Croacia e Islandia reportan 1,2% y 1,4%, respectivamente.
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Leonardo Sánchez, viceministro de Planificación del MEP, reconoce que un 19% de repitencia de los alumnos costarricenses es una cifra alta y que deben trabajar para reducirla.
Se trata, dijo, de un fenómeno complejo y multifactorial que requiere un enfoque integral, pues el hecho de que un estudiante repita no solo está determinado por las condiciones que ofrece el Ministerio de Educación Pública (MEP) dentro del centro educativo, como la infraestructura, las becas o los centros de apoyo, sino también por factores externos como los ingresos económicos de las familias, el nivel educativo de los padres e incluso el lugar de residencia.
“Cada estudiante que repite es un alto costo de oportunidad para él, para su familia y para nosotros por un asunto de inversión. Debemos preocuparnos por cómo mejorar esas oportunidades. Es un tema muy importante para el Ministerio”, declaró el viceministro.
Datos del MEP revelan que, en el 2015, en primaria repitieron 13.600 estudiantes, mientras que en secundaria lo hicieron 38.000.
En el 2018, en primaria repitieron 10.000 estudiantes y en secundaria, 26.000. La cifra bajó en el 2021 debido a que el MEP flexibilizó la evaluación a causa de la pandemia. En ese momento, solo repitieron 723 escolares y 7.000 colegiales.
En el 2023, volvió a subir la cantidad de alumnos repitentes. En primaria, hubo 9.369 reprobados y en secundaria, 22.000.
De acuerdo con Sánchez, sétimo y octavo son los niveles en los que más repitencia hay, pues los menores se están acomodando al proceso de transición entre la escuela y el colegio.
Steven Ramírez estuvo entre los reprobados cuando estaba en octavo año, momento que recuerda con mucha angustia. Ahora cursa décimo año en el Liceo de Pavas; tiene 17 años.
Según el joven, hubo varias circunstancias que confluyeron en aquel momento, como las económicas.
La situación le generó muchos sentimientos: se le desbordaba la vergüenza, se desanimó e incluso pensó en dejar el sistema educativo, pues no lograba acomodarse al nuevo grupo con el que le tocó compartir.
A pesar de tan difíciles momentos, Steven siguió en el colegio y ahora celebra que le falta muy poco para obtener su bachillerato.
Disparidades sociales
Las dudas de Steven Ramírez de seguir estudiando no resultan extrañas, pues la repitencia influye significativamente en la permanencia de los estudiantes en el sistema educativo, advirtió Dagoberto Murillo, investigador del Informe Estado de la Educación.
Murillo es contundente al explicar que las disparidades sociales se reflejan en la repitencia, ya que esta se vincula con hogares que tienen un bajo nivel educativo; es decir, si los padres no completaron la primaria y carecen de recursos económicos para dar apoyo adicional a los menores, aumenta la probabilidad de que estos deban repetir un grado.
Incluso, dijo, se trata de un conjunto de rezagos que ni el sistema educativo ni los hogares están siendo capaces de resolver.
“La preocupación fundamental es ver los temas de calidad en nuestro sistema educativo. Cuando uno analiza los datos de la OCDE, quedan expuestas las debilidades que tenemos nosotros”, señaló.
El investigador destacó la importancia de que las autoridades educativas busquen soluciones o formas de apoyar a los estudiantes que repiten, pues si el problema se deja pasar, la afectación para el muchacho puede crecer.
De acuerdo con la OCDE, en la mayoría de los sistemas educativos, los menores que cursaron educación preescolar durante al menos un año tenían un porcentaje considerablemente menor de probabilidades de repetir un grado en cualquier nivel educativo en comparación con los estudiantes que nunca asistieron al kínder.
Entretanto, los niños en desventaja socioeconómica y los alumnos inmigrantes tienen más probabilidades de repetir un grado.
Efectos negativos de repitencia
Para la OCDE, el propósito de la repetición de grado es brindar a los estudiantes una “segunda oportunidad” de dominar los conocimientos y habilidades apropiados para su nivel de grado.
Sin embargo, también se han detectado efectos negativos dela repetición. Por ejemplo, los estudiantes que habían repetido un grado tienden a mostrar peor desempeño en la escuela y a mantener actitudes más negativas hacia esta y tienen más probabilidades de abandonar el colegio.
Como política, puede resultarle costosa al sistema, ya que generalmente implica un mayor gasto en educación. Además, retrasa la entrada de los estudiantes al mercado laboral.
Por eso, la OCDE considera que la repetición de grado debería sustituirse por apoyo adicional y efectivo a los estudiantes con dificultades, siguiendo un enfoque de aprendizaje más basado en el dominio. Según este enfoque, se espera que los estudiantes dediquen tiempo a una tarea hasta que alcancen dominarla totalmente. Esto, con el apoyo de los profesores, cuando sea necesario.
Además, subrayaron que repetir un grado varias veces durante la educación obligatoria es señal de que un estudiante está social, emocional y académicamente desconectado de la vida escolar.
Opinión similar tiene la experta en Educación de la Universidad de Costa Rica (UCR) Irma Arguedas, quien indicó que tanto padres como docentes deben comprender las razones por las que los estudiantes repiten un grado, ya que de esa forma se pueden generar los apoyos que realmente necesitan.
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En su criterio, una persona no debería repetir más de una vez y, si esto sucede, representa una falla en el sistema, pues significa que no se está respondiendo a las necesidades del estudiante.
En Costa Rica, según los datos de la OCDE, un 0,2% repitió más de una vez durante la primaria y un 0,6%, en secundaria.
Sobreedad, un tema delicado
El tema de la sobreedad fue recurrente en las declaraciones de los expertos, quienes afirmaron que esto tiene un impacto significativo en los menores, más allá de lo que los adultos puedan percibir.
Dagoberto Murillo argumentó que cuando los estudiantes deben quedarse atrás en comparación con sus compañeros de clase, tanto en el aspecto académico como en el social, eso puede afectarles psicológica y socialmente.
Arguedas añadió que las implicaciones de la interacción son significativas cuando un niño de 9 años, por citar un caso, se encuentra cursando el primer grado, ya que hay niveles muy diferentes de madurez emocional entre este y sus compañeros de aula.
Colaboró el periodista Juan Fernando Lara