Uno de cada cuatro docentes del país imparte clases a distancia con una conexión inestable a Internet o sin tener del todo el servicio, lo cual representa una barrera de entrada para el apoyo pedagógico durante la pandemia.
Los datos se desprenden de una encuesta realizada a 42.074 docentes de centros educativos públicos en todo el país, aplicada por el Informe Estado de la Educación, del Programa Estado de la Nación (PEN), en conjunto con el Ministerio de Educación Pública (MEP).
Según la encuesta, el 23% de los docentes (9.677) se conecta con sus alumnos usando su teléfono celular. El otro 2% (751) no tiene del todo Internet.
“Ese 2% de docentes sin conexión a internet lo constituyen 751 profesores y profesoras que se concentran en direcciones regionales fuera del Gran Área Metropolitana (GAM) tales como: Sulá, Peninsular, Grande de Térraba, Aguirre, Santa Cruz, Nicoya, Coto y Cañas, entre las principales. Acá surge un primer nudo de acceso: zonas alejadas y más vulnerables tienen mayor dificultad de interacción por problemas de conexión adecuada”, indicaron Jennifer León Mena y Steffan Gómez, investigadores del Estado de la Educación.
Las clases presenciales por la pandemia se suspendieron desde el 17 de marzo. Se desconoce, a la fecha, cuando se podrá regresar a la normalidad.
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La Nación informó de que, en el caso del millón de estudiantes del país, poco más de 500.000 no tiene acceso a Internet ni equipo, por lo que mantienen su vinculación con el aprendizaje a punta de recargas para poder llamar a sus profesores o recibir material vía Whatsapp. Lo anterior, según datos del Ministerio de Educación Pública (MEP).
Los investigadores explicaron que el hecho de que un docente tenga Internet no asegura una interacción adecuada con sus alumnos.
Para ello, según explicaron, es necesario tener destrezas tecnológicas para transmitir de forma clara contenidos y didácticas apropiadas para mantener el interés de los estudiantes.
"Acá tenemos malas noticias: la mayoría los docentes no cuenta con formación en herramientas virtuales para la enseñanza, ni en la universidad ni a lo largo del ejercicio de su carrera profesional. A pesar de ello, sí se nota una mejor preparación relativa entre el personal de secundaria", indicó el Estado de la Educación.
El 63% de los entrevistados de preescolar dijeron que no tenían preparación alguna en herramientas virtuales ; en primaria fue el 58% y en secundaria el 48%.
"En promedio, uno de cada cuatro docentes (25%) no tiene conexión o la que tiene es inestable y poco más de la mitad no tiene conocimientos para dar clases a distancia. Este punto representa un segundo nudo: brechas de formación en temas de educación virtual dificultan el intercambio con estudiantes que están excluidos de interacciones de calidad con sus docentes", explicaron los especialistas.
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Sin contacto
Otro dato preocupante para los investigadores es que hay 2.397 docentes (4%) que, al momento de la encuesta, no habían establecido ningún contacto con sus estudiantes. La encuesta se aplicó entre el 23 de abril y el 15 de mayo de 2020.
"Esta situación ocurre, mayoritariamente, entre docentes de primaria, mujeres, graduadas de universidades privadas, con grado de licenciatura y que laboran en direcciones regionales grandes como Alajuela, Cartago, San Carlos y Limón. Acá hay una primera pista de por dónde empezar a resolver este problema", explicaron los investigadores.
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Para el Estado de la Educación el ciclo lectivo 2020 con clases a distancia por la pandemia de covid-19, enfrenta tres nuevos nudos importantes: problemas en la calidad de conexión a Internet del personal docente; deficiencias en su formación en temas de educación virtual; y exclusión de un grupo de estudiantes que ha tenido poco o nulo contacto con sus docentes y, por ende, a los procesos pedagógicos desarrollados.
“Esta combinación de factores profundiza las brechas del sistema educativo y eleva la urgencia de una respuesta del MEP. Los datos acá expuestos pueden servir de guía para implementar estrategias diferenciadas por nivel y en grupos más vulnerables de docentes y estudiantes que, por razones de conectividad y formación, no han podido sostener sus procesos educativos a distancia”, añadieron los especialistas.