Unos 48.000 jóvenes y adultos que tienen el bachillerato pendiente desde 1988 podrán matricular cursos en la Universidad Estatal a Distancia (UNED) para obtener el certificado.
Según el Ministerio de Educación Pública (MEP), ese programa estará enfocado en la empleabilidad, por lo que los contenidos corresponderían a temáticas aplicables a la vida cotidiana.
Por ejemplo, explicó la ministra Anna Katharina Müller, en Matemáticas se priorizarían prácticas sobre cómo hacer un presupuesto, y en Español, la elaboración de un currículo.
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“Tenemos que lograr que tengan la oportunidad de concluir su bachillerato de la forma más simple, sin que suene que se repartan los certificados. Tomamos la decisión, con el Consejo Superior de Educación, de desarrollar cursos que permitan actualizar las capacidades de esas personas para la empleabilidad (...). Es hacerlo atractivo para que la gente quiera hacer el curso y tener el certificado”, dijo la ministra.
De acuerdo con la jerarca, actualmente se trabaja en la alianza con la UNED para el desarrollo de los contenidos del curso y las pruebas, que serían digitales. La idea es que los cursos estén disponibles para finales de este año.
Según los datos del MEP, 2,2 millones de adultos del país no cuentan con el título de bachillerato.
El año anterior, la diputada del Partido Unidad Social Cristiana (PUSC), María Marta Carballo, presentó un proyecto de ley para regalar el título a 36.000 personas que aprobaron todas las materias de colegio, pero reprobaron alguna de las pruebas de bachillerato.
La iniciativa no fue bien vista por el Programa Estado de la Nación (PEN) y la Coalición Costarricense de Iniciativas de Desarrollo (Cinde), organizaciones que fueron consultadas por los diputados como parte del trámite del plan de ley.
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Más bien, esas entidades señalaron la necesidad de implementar acciones para imponer pruebas o desarrollar habilidades que demanda el mercado laboral.
La hipótesis de la congresista socialcristiana es que dando el título de bachillerato a esas 36.000 personas se promoverá su superación profesional y aumentará el crecimiento del empleo, al permitirles insertarse en el mercado laboral, en el cual, para la mayoría de puestos, se exige contar con el diploma de enseñanza media.
Dicha iniciativa surgió, además, en el momento en que se eliminaron las llamadas pruebas Fortalecimiento de Aprendizajes para la Renovación de Oportunidades (FARO), por lo que los estudiantes que terminaron el colegio entre el 2020 y el 2022 únicamente requirieron aprobar el último año de colegio para tener el título.
Para este año, el MEP nuevamente volverá a implementar pruebas nacionales estandarizadas, que tendrán un valor del 40% de la nota final para certificarse en bachillerato.