A partir del próximo lunes 28 de agosto y durante dos semanas, un total de 70.000 estudiantes que cursan el último año de secundaria realizarán la prueba nacional estandarizada de lenguas extranjeras en todo el país.
La prueba evaluará las condiciones de escucha y lectura. Serán 100 ítems para inglés y 70 preguntas para francés.
El objetivo es clasificar a los alumnos en escalas de desempeño, según las bandas establecidas por el Marco Común Europeo de Referencia para las Lenguas (MCERL), en los niveles de A1 (principiante) y A2 (dominio básico o elemental del idioma), de B1 (preintermedio), B2 (dominio intermedio) y C1 (avanzado).
De acuerdo con el viceministro académico del Ministerio de Educación Pública (MEP), Melvin Chaves, esta evaluación es “un hito” porque la cartera educativa nunca ha elaborado una prueba para medir el nivel en el que se encuentran los estudiantes.
“Esto quiere decir que vamos a tener un enfoque completamente fresco de cuál es la radiografía de la situación de idiomas extranjeros en Costa Rica. Esto tiene varios impactos positivos; el primero es que para todo lo relacionado con empleabilidad, vamos a tener datos que al sector productivo le interesarán”, dijo Chaves en conversación con La Nación.
El funcionario precisó que el examen será en formato digital. Sin embargo, para los centros educativos ubicados en zonas muy alejadas o en cárceles la prueba será en formato físico.
Sin peso en la nota
La prueba, que solo se realiza una vez al año, no representa un porcentaje en la nota de los estudiantes; sin embargo, es obligatoria y un requisito para que los alumnos obtengan el título de bachiller en educación media.
Además, permitirá a cada alumno conocer el nivel que tiene en el idioma.
“No emitimos un certificado, pero sí emitiremos un informe personal para cada estudiante. Se le indicará cuál es su nivel de dominio, las competencias que está desarrollando y en qué áreas puede mejorar”, informó Álvaro Artavia, director de Gestión y Evaluación de la Calidad del Ministerio.
La Universidad de Costa Rica (UCR) ya realizaba una prueba similar desde 2019. Las autoridades del MEP argumentan que la principal diferencia con las que se aplicarán ahora es la “universalización”.
“Una de las primeras diferencias es que esta prueba es ofrecida completamente por el MEP por primera vez, y aunque entonces teníamos ciertos convenios de cooperación con la UCR, una de las grandes diferencias es que el MEP se ha propuesto universalizar la aplicación, no trabajamos con muestras, sino con todo el país. Es un gran logro para el Ministerio y un gran reto”, afirmó.
Apoyos especiales
Artavia aseguró que tienen contemplados todos los escenarios que se les puedan presentar en cuanto a la ubicación de los centros educativos, equipo tecnológico y conectividad.
Por ejemplo, en cualquier condición de discapacidad, de accesibilidad, de atención, de estudiantes en situación de ceguera o sordera, se les brindará apoyo educativo.
“Aquellas personas que tienen una condición de ceguera solo realizarían los ítems correspondientes a la habilidad de escucha y aquellos que tienen sordera, realizarían únicamente la parte de lectura. Entonces, nosotros tenemos mapeado todo el país, y todas las direcciones regionales nos han informado sobre la condición de los estudiantes que requieren el apoyo educativo”, adelantó.
En cuanto a la conectividad, desarrollarán el concepto de “centro educativo como apoyo tecnológico”. La idea, dijo, es que si en un colegio no hay suficiente equipo o conexión a Internet, esos estudiantes se trasladen a un centro más cercano que sí tenga las condiciones.
Toda la logística, explicó, se coordinó con las direcciones regionales para que la movilización de estudiantes se realice de manera segura, bien programada y en los momentos en que se pueda aplicar la prueba.