Siete estudiantes de la carrera de Ingeniería Marina Civil demandaron a la Universidad de Costa Rica ante los tribunales contencioso administrativos.
Los alumnos de la sede de Limón reclaman que debieron haberse graduado como ingenieros mercantes desde hace dos años, sin embargo no ha sido posible porque la Universidad sigue sin completar cuatro requisitos internacionales para esa carrera. Esta situación, impide que los alumnos realicen la práctica profesional y defiendan la tesis.
Marlen León, vicerrectora de Docencia de la UCR, admitió que este es un problema que enfrentan principalmente los estudiantes avanzados de la carrera, pero aseguró que no todos los trámites pendientes son responsabilidad de la universidad.
“El principal impedimento es que los procedimientos son ajenos a la Universidad de Costa Rica. Dentro de lo que nosotros como universidad podemos anteder, lo más importante es que realizamos una comisión para la recepción de anteproyectos de graduación”, expresó.
Frustración
El abogado de los estudiantes, Carlos Lanzas, evitó referirse al monto de indemnización que reclama cada estudiante, sin embargo aseguró que además del concepto económico por el atraso en su graduación, su ingreso al mercado laboral y los daños morales y psicológicos que esto les podría causar, los universitarios buscan poder concluir su carrera.
“Existe una frustración de su expectativa, porque ellos ya tuvieron que haber sido profesionales en marina mercante hace dos años y no se ha logrado al día de hoy. Existe una nebulosa, una inseguridad jurídica tremenda por parte de la Universidad hacia los estudiantes”, aseguró Lanzas.
Los estudiantes que acudieron a la vía judicial contra de la Universidad de Costa Rica son Floyd Peterkin, Cristina Sánchez, Angerine Cruz, Jorge Herrera, Diego Cubillo, Berny Marchena y Johan Manzanares. Ellos forman parte de los primeros grupos de estudiantes de la carrera, ofrecida en Limón ante las oportunidades que se abrían con la Terminal de Contenedores de Moín (TCM), recién inaugurada.
La universidad pública abrió la carrera en 2012 sin tener todos los requisitos, según han reconocido las autoridades de la UCR ante diversas instancias, entre ellas, la comisión de Limón de la Asamblea Legislativa.
Ante el incumplimiento de requisitos y la imposibilidad de graduar profesionales en esta rama, la Universidad se vio obligada a suspender la entrada de nuevos estudiantes de manera indefinida.
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Floyd Peterkin: ‘Esperaba aprovechar la construcción de la Terminal de Contenedores’
La construcción de la Terminal de Contenedores de Moín (TCM), el desarrollo económico que esta obra traería a su provincia y la posibilidad de obtener un buen empleo, fueron los motivos que impulsaron a Floyd Peterkin a dejar las computadoras para embarcarse en una aventura marítima mercantil en 2012, cuando cambió de carrera en la UCR.
Asegura que siete años después de tomar esa decisión, sus sueños parecen convertirse en pesadillas, ante la incertidumbre sobre si podrá graduarse o no, así como el tiempo que esto tardaría, a pesar de que ya concluyó todos los cursos.
“Es una gran lástima no poder concluir una carrera como esta. Hay un gran desarrollo en la provincia y me siento excluido de todo eso al saber que estoy estancado en la carrera y no me he podido graduar. Es frustrante invertir tantos años y recursos. Mi familia ha dado mucho y no sé que va a pasar”, dijo el joven de 24 años.
A la espera de cómo pueda resolverse su situación, Floyd realiza cursos extracurriculares para mejorar su nivel de empleabilidad.
Cristina Sánchez: ‘Viajaba dos veces por semana desde Liberia hasta Limón por un sueño’
Tenía el sueño de ser una de las primeras mujeres mercantes en Costa Rica, una carrera históricamente ocupada por hombres. Para cumplir su anhelo, Cristina Sánchez viajaba dos veces por semana desde Liberia hasta Limón.
Pero la joven de 24 años no solo quería ser ejemplo para muchas mujeres, sino también para sus primos. Asegura que en su familia muy pocos se atreven a estudiar y ella quería ser quien incentivara a sus primos a seguir su camino: “Yo era como el ejemplo a seguir, de por qué había que estudiar, ahora me duele mucho escuchar a mis primos saliendo del colegio y decir ¿para qué estudiar, para terminar como Cristina?”, contó con voz entrecortada.
Una de las cosas que más la atormentan de su situación académica, dice, es que no se puede graduar después de un esfuerzo económico importante de su familia, en especial de su padre, quien trabaja como peón.
"Mi papá es constructor y tuvo que hacer un gran esfuerzo para pagarme un apartamento para poder estudiar y vea la fecha, aún no sabemos si podremos graduarnos. La opción es pasarme de carrera después de haber terminado todos los cursos, pero el sueño es trabajar en lo que a uno le apasiona”, aseguró Cristina.
Cristina tuvo que conseguir un empleo en Guanacaste, mientras realiza su anteproyecto de graduación, a pesar de que desconoce si finalmente podrá presentarlo porque su futuro y el de otros 130 jóvenes de esta carrera se encuentra en el limbo.
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¿Por qué la carrera de Ingeniería Marina Civil está varada?
Los 130 estudiantes actuales de la carrera quedaron en el limbo porque están sin firmar cuatro convenios internacionales, necesarios para que los jóvenes puedan realizar su práctica profesional y presentar su tesis.
El primero de los requisitos pendientes es el convenio denominado STCW, que está en manos del Ministerio de Obras Públicas y Transportes (MOPT). La implementación de este proceso le permitiría a los estudiantes recibir su tarjeta de navegación para utilizar embarcaciones.
También en la Asamblea Legislativa están a la espera de aprobación el Convenio sobre Trabajo Marítimo de la Organización Internacional de Trabajo y el Convenio para Prevenir la Contaminación por Buques de la Organización Marítima Internacional. Ambos están engavetados, uno de ellos desde el 2013.
Por último, la UCR tiene pendiente la implementación de la norma ISO 9001, cuyo proceso avanza en apenas un 50%, según reconocieron las mismas autoridades universitarias.
La vicerrectora de Docencia de la Universidad de Costa Rica, Marlen León, reconoció que el futuro de Ingeniería Marina Civil está en el aire por los problemas que ha enfrentado desde que se inauguró en 2012. Recuerda a los estudiantes que una de las opciones es el cambio de carrera.
– ¿Cuál es la posición de la UCR con respecto a la demanda de los estudiantes?
– Con respecto a la demanda no hemos recibido ninguna notificación, desconozco el contenido de la misma. Sí hemos enfrentado una serie de dificultades que hemos tratado con la Asamblea Legislativa, el Ministerio de Obras Públicas y Transportes, así como la Cancillería y Presidencia de la República.
– ¿Qué solución inmediata ofrece la Universidad a los estudiantes de Ingeniería Marina Civil?
– Ellos tienen que hacer la tesis. Ya se cuenta con una comisión y grupos de tutores. Durante este verano se abrió un curso de anteproyecto de tesis, necesario para que pudieran presentarla. Eso es lo más importante, estamos trabajando con Japdeva (Junta de Administración Portuaria y de Desarrollo Económico de la Vertiente Atlántica) y APM (empresa responsable de la TCM) negociando prácticas y pasantías, también con la naviera Tambor. A los estudiantes que no quieran continuar, les ofrecemos poder cambiar de carrera.
– ¿Cuáles son los principales impedimentos para que los estudiantes se gradúen?
– El primer impedimento es que los estudiantes tienen que hacer prácticas en empresas y las empresas son las que pueden aceptar a los candidatos. La UCR no puede intervenir.
“El segundo impedimento tiene que ver con el hecho de que ellos tienen que tener los cursos de actualización y no todos lo tienen completos. Estamos negociando con la Universidad Marítima de Panamá para que ellos vayan y los completen. Son cursos ajenos a la UCR, a nivel nacional no se imparten con la validez que se requiere”.
– ¿Analizan el cierre o la modificación de la carrera de Ingeniería Marina Civil?
– Sí. Estamos haciendo un análisis profundo bien documentado. En la circunstancia en que se encuentra no es posible recibir nuevos estudiantes. Hemos conversado también con las cámaras y navieras para ver el perfil del estudiante y ver las posibles adaptaciones del profesional, porque el contexto en que nos encontramos hoy, es muy diferente a hace siete años cuando se abrió la carrera.