José Andrés Torres Siles, de 50 años, se graduó de bachiller en Educación Diversificada el pasado 19 de diciembre, honrando el deseo de su madre, quien falleció en un accidente de tránsito cuando él era adolescente y cursaba el colegio.
Este técnico en mecánica de precisión recordó que, hace más 30 años, él estudiaba en el Colegio Vocacional de Artes y Oficios (Covao) cuando se produjo el accidente. El fallecimiento de su progenitora lo afectó emocionalmente, pero siguió estudiando. Sin embargo, cuando llegó el momento de hacer las pruebas para concluir la secundaria, la vida le puso otro reto: se enfermó de varicela y no logró pasar la evaluación.
Con el tiempo y mientras realizaba su práctica profesional en mecánica de precisión, Torres consiguió trabajo y, al ver dinero en su cuenta, decidió no terminar el bachillerato. A los años se casó y se convirtió en padre de dos hijos. En ese momento, seguía sin ese interés en terminar la secundaria. No obstante,, empezó a perder muchas oportunidades laborales por la falta de título y decidió volver a las aulas.
Torres comentó a La Nación que uno de sus amigos lo motivó a terminar los estudios, y él se inscribió en la escuela nocturna de Orosi, en Cartago, que tiene un programa de educación para Personas Jóvenes y Adultas. Acudió al centro educativo todos los días después del trabajo y no dejó que el cansancio se interpusiera en su objetivo.
“Era mi primer intento en 30 años. Como siempre, habían algunos comentarios negativos de algunas personas, que ‘ya para qué’, ‘ya estás muy viejo’ y cosillas así, que nunca me desmotivaron; más bien, me hicieron agarrar más fuerza”, dijo el hombre.
Torres motiva a las demás personas que tienen un sueño a cumplirlo y les recuerda que “la edad es solo mental”.