La Asociación de Profesores de Segunda Enseñanza (APSE) denunció que las llamadas pruebas diagnósticas que comenzaron esta semana en escuelas y colegios del país, implicarán otra sobrecarga administrativa para docentes.
Esta fue la queja que planteó Ana Doris González, presidenta de la organización, durante su comparecencia ante los diputados de la Comisión de Educación, a los cuales manifestó que ese exceso de papeleo impuesto a los docentes, impide que realizan su verdadera misión: enseñar.
En el caso de las pruebas diagnósticas o comprensivas, dijo, no solo tuvieron que diseñar los exámenes, sino que, una vez que se hayan completado, deberán incluir los resultados dentro de un sistema informático de registro a nivel nacional. Así, a más tardar al 30 de marzo, deben registrar los puntajes y los desempeños mostrados por cada alumno en las respectivas evaluaciones de cada asignatura.
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“Pareciera que un dato estadístico que dice cómo está la calidad de la educación en este país es suficiente. Entonces ya nosotros los trabajadores de la educación no damos clases, nos dedicamos día y noche a llenar papelitos, que una plataforma, que hagamos aquí, que hagamos allá, que las pruebas comprensivas... ¿Por qué? Porque necesitan una página de Excel llena de cositas que diga a la par del chiquito ‘no sabe restar ni sumar’. ¡Por favor! “, declaró González.
De acuerdo con APSE, los educadores podrían mejorar el sistema educativo pero las autoridades actuales no lo permiten. “No nos dejan dar clases, no nos dejan trabajar”.
“Los trabajadores de la educación hemos estado históricamente acostumbrados a hacer tareas que ni siquiera nos competen, es decir, en eso, como decimos, hemos hecho la tarea del Estado”, afirmó.
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‘Pérdida de tiempo’
Dos docentes, una de Cartago y otra de La Unión, no solo coincidieron con el reclamo de González, sino que calificaron las pruebas como “pérdida de tiempo”. Ambas solicitaron mantener en reserva su identidad.
Para una de ellas, quien imparte Estudios Sociales en un colegio de Cartago, las pruebas comprensivas son una “pérdida de tiempo” porque al inicio se realizaron diagnósticos.
Su preocupación es que en este momento no da tiempo de retomar temas del año pasado porque ya se acercan los primeros exámenes del semestre. “Los chicos también se encuentran preocupados de perder más tiempo porque casi no se ha visto materia”.
Además, la profesora ve irreal poder nivelar a los estudiantes en un periodo de cuatro meses, tiempo que el Ministerio de Educación Pública (MEP) les dio a los docentes antes de las segundas pruebas diagnósticas que se realizarán en julio.
“Primero se da por el hecho que al ser pruebas formativas los chicos no muestran mucho interés al respecto, segundo porque como mencioné, se está perdiendo mucho tiempo en las pruebas, lo cual perjudica con el avance de la materia y la nivelación de los estudiantes”, explicó la maestra.
La otra educadora, de apellido Lara y quien labora en una escuela de Tres Ríos, coincidió en que existe un recargo laboral, pues con cada estudiante deben realizar un análisis e incluirlo, uno por uno, en una plataforma que dio el MEP, sin tener en cuenta, que hay profesores que manejan dos o tres grupos de hasta 35 alumnos.
Las pruebas de diagnóstico forman parte de la llamada Ruta de la Educación presentada a inicios de febrero por el Gobierno, del cual, hasta el momento, no se conoce un documento final.
Representantes sindicales, durante su comparecencia en el Congreso, calificaron ese proyecto como un show, al afirmar que esa ‘ruta’ no existe, al tiempo que criticaron fuertemente la gestión de la ministra Anna Katharina Müller.