El hijo de Diana Cerdas, vecina de Alajuelita, entró al Liceo de Costa Rica a cursar sétimo en 2014, pero no duró allí mucho tiempo.
Él no era un blanco fácil para los matones ya que era alto y se veía mayor que sus compañeros de la misma edad. Sin embargo, la madre comentó que a su hijo no le gustó el liceo y una de las razones fue la agresión que vivían los más pequeños por parte de los más grandes.
Este recuerdo, según la mujer, volvió a la mente del muchacho luego de que el miércoles un niño de 12 años, llamado Sebastián, muriera atropellado por el tren en circunstancias que están bajo investigación por parte del Organismo de Investigación Judicial (OIJ). Rocío Valverde, madrina del estudiante, dijo que un "reto" habría propiciado que el menor se lanzara al tren.
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"Es una tradición que los de quinto año, el Día del Niño (9 de setiembre), embarren de betún la cara de los de sétimo para darles la bienvenida. Eso es una tradición allí. Además, mi hijo vio cuando a los chiquitos los metían en el balde de basura o los más grandes obligan a los de sétimo a darles plata, si no les hacían cosas. A mi hijo le pidieron plata, pero él les decía que no tenía, no le hacían nada por el tamaño", contó la madre.
El hijo de Cerdas decidió trasladarse al Liceo de Alajuelita, donde ahora cursa el décimo año.
"Él me cuenta que el bullying en el Liceo de Alajuelita no se da como en el Liceo de Costa Rica. En el Liceo de Alajuelita los más grandes no molestan a los más pequeños, los de sétimo se molestan entre sí, pero no como ocurría en el otro liceo", contó Cerdas.
La tradición del betún embarrado en la cara parece que lleva años de practicarse.
Anthony Valverde, quien estuvo en el Liceo de Costa Rica entre 1995 y 1999, cuenta que en esos años era un tradición que los de quinto corretearan a los de sétimo para embarrarles betún justamente en setiembre. Valverde logró escaparse.
Según cuenta, las agresiones ocurrían sobre todo en los recreos, cuando no estaban los docentes.
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"En ese colegio hay dos pisos, los más grandes escupían las barandas de las escaleras y obligaban a los de sétimo que se veían más dóciles y débiles a pasar la mano por la saliva. Lo obligaban a uno a pasar la mano por ahí. Los coscos era cosa de todos los días, uno pasaba y le pegaban. Lo peor era sacar buenas notas, ya con eso formaba parte de un grupo extraño y lo molestaban", contó Valverde, cuya familia es de Cartago, pero actualmente reside en España.
"Ese muerto pude ser yo"
Andrés Gutiérrez, vecino de Tres Ríos, fue alumno del sétimo del Liceo de Costa Rica en 1995 y cuenta que fue víctima de "miles de abusos" por parte de sus compañeros de clase.
Según dice, lo agredían "por flaco, por feo, por moreno, por jorobado y por lo que les diera la gana".
Él, añade, no se "ajustaba a la masa" porque salía del colegio directo a la casa, porque hacía las tareas, porque no se escapaba de clase, porque no sabía jugar bola, porque era demasiado "enano" para jugar basket o porque no sabía nadar.
"Recuerdo el juego de la moneda. La cosa era patear la moneda para todo lado pero había que evitar que pasara entre las piernas. Si le pasaba entre las piernas los demás lo agarraban a patadas. Yo estaba sentado en el piso comiendo galletas con fresco. A alguien le pareció vacilón agarrar la moneda y tirármela donde estaba. La moneda aterrizó justo en mi regazo, al menos 10 maes se vinieron y me agarraron a patadas. Yo quedé con moretes en todo lado. Las piernas, la espalda, la frente, la corbata del cole quedó al revés, la camisa hecha un colocho", recordó el ahora periodista.
Gutiérrez cuenta que la profesora de Orientación le dijo que eso "no era nada" y él no decía nada en la casa porque eso "no era nada".
"Sonó el timbre de entrar a clase (luego de la agresión por la moneda). Sentí que quería llorar, pero no podía, hacerlo sería confirmar que era el más débil, flaco y enano del aula. Así que entré renqueando, viendo al piso, con el uniforme hecho m... y la amenaza masiva de que si decía algo me iba peor a la salida. Así fue mi adolescencia, una m... Este muerto pude ser yo. Este niño que dejó su vida y sus zapatos en las vías del tren, pude ser yo", manifestó el vecino de Tres Ríos.
La Nación consultó al Ministerio de Educación (MEP) sobre los comentarios en redes sociales que relatan actos de violencia y matonismo en el Liceo de Costa Rica pero no dio respuesta.
También llamó a Martín Torres, exdirector del Liceo de Costa Rica hasta el año pasado, pero dijo que no se iba a referir al tema.
Entre tanto, Marco Vinicio Naranjo manifestó desde el jueves, un día después de la muerte del colegial, que él recién llega a la institución y desconoce si existe o no la situación.
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El MEP decidió suspender las lecciones en este centro educativo el próximo lunes para facilitar la investigación, sin que detallen con precisión qué investigan o a quién investigan.
Además en un comunicado de prensa, dijeron que ese día también se detallarán las medidas a tomar ante la situación, pero, igualmente, no refieren a qué situación.
"Una reunión de jerarcas en Casa Presidencial esta tarde (el viernes) analizó la información más reciente en torno a la trágica muerte de un alumno de sétimo año de ese colegio, ocurrida el pasado miércoles 28 de febrero, así como las fuertes manifestaciones que circulan en redes sociales", se limitaron a manifestar en un comunicado.