El costo de la lista de útiles escolares para este año subió ¢8.000 con respecto al 2014. Enviar a un hijo a clases cuesta un mínimo de ¢80.000 si está en primaria, y de ¢97.000 si va para secundaria.
A esa inversión, las familias deben sumarle el gasto adicional en libros y en matrícula.
Caminar y comparar es la recomendación del Ministerio de Economía, Industria y Comercio (MEIC), debido a que, en útiles idénticos, hay diferencias de precios de hasta un 93%.
Por ejemplo, una flauta cuesta ¢3.475 en un comercio, mientras que en otra tienda se consigue ese artículo, de la misma marca, en ¢1.800.
El MEIC recolectó los datos durante un recorrido que hizo en 35 comercios ubicados en la Gran Área Metropolitana (GAM), del 12 al 19 de enero de este año.
“En esta búsqueda de precios, vale la pena caminar y comparar. Respecto al año anterior, las diferencias de precios varían del 7% al 12%, según el ciclo académico en el que se encuentra el estudiante”, manifestó Cinthya Zapata, directora de la Oficina de Apoyo al Consumidor del MEIC.
Comparar. Las diferencias más significativas se encuentran en las tijeras, los paquetes de hojas rayadas, los bultos y los diccionarios. Los salveques y los cuadernos son los productos que más pesan en la canasta de compras para la entrada a clases, el próximo 9 de febrero.
Adquirir los 16 cuadernos de 80 a 100 hojas que se piden en la lista de útiles representa un gasto mínimo de ¢23.000 y los salveques más baratos no bajan de ¢10.000.
En la compra de materiales para sus hijos, las familias se enfrentan con un mercado que ofrece cuadernos alusivos a los personajes y tendencias de moda, a precios que superan los ¢2.500 por unidad.
“El país podría ahorrarse hasta ¢15.000 millones en el consumo total de útiles escolares. Cuando los consumidores se informan, pueden tomar decisiones más inteligentes y obligan a los comerciantes que tienen los precios más altos a colocar precios razonables”, dijo Welmer Ramos, ministro del MEIC.
En el recorrido, el MEIC hizo cuatro prevenciones a establecimientos comerciales para que corrijan el etiquetado de los uniforme y les otorgó un plazo de 30 días para el cumplimiento.
Dentro de los hallazgos en torno al etiquetado de uniformes, se detectó que, de las 360 prendas verificadas, el 19% (70) presentaron uno o más incumplimientos en esta materia.
En caso de incumplir, se exponen a una multa de 10 a 40 salarios base (de ¢2,4 millones a ¢10 millones). Se verificó además que seis negocios son reincidentes.
Zapata también recomendó a los padres de familia que reutilicen los útiles escolares y uniformes en buen estado, para evitar incurrir en gastos innecesarios en relación con la entrada a clases de sus hijos.