Gradual, paulatino y controlado. Así serán las características del regreso a clases presenciales que el MEP evalúa concretar después de vacaciones de 15 días.
Estas vacaciones están previstas del 29 de junio al viernes 10 de julio, por lo cual, el regreso estaría señalado para el lunes 13, si el número de contagios del nuevo coronavirus se mantiene bajo control a esa fecha. El día exacto, entonces, estaría sujeto a un nuevo aviso.
Un comunicado de la Casa Presidencial informó de que el curso lectivo se reanudará de forma progresiva “de acuerdo con las condiciones de cada lugar y coexistiendo la educación a distancia, cuando las condiciones de salud lo permitan y acorde con los escenarios identificados por el equipo experto en las 27 regiones educativas del país, y territorios indígenas”.
También trascendió que el curso comenzaría con alumnos de primero, sexto y undécimo año.
La ministra de Educación, Guiselle Cruz, dijo que el 27 de abril el grupo experto conformado para preparar el retorno a la presencialidad ofreció sus primeros informes.
El regreso tendrá que ser gradual (no todos los estudiantes al mismo tiempo, ni todos los niveles), paulatino (en horarios y días escalonados) y controlado (dependiendo de factores como cantidad de casos activos en la comunidad educativa).
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Lo que sí adelantó el Ministerio de Educación Pública (MEP) es que ese regreso paulatino no significa dejar de lado la educación a distancia con la que se ha venido trabajando.
Tampo implica dejar de usar las herramientas tecnológicas que se implementaron en medio de la pandemia para proseguir con el apoyo educativo a los estudiantes.
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“La pandemia ha puesto la educación mundial frente al gran desafío del retorno a la presencialidad. Para enfrentarlo, en Costa Rica, el MEP ha echado a andar la estrategia Regresar, a fin de volver a las aulas, en apego a los más estrictos protocolos de prevención.
"Después de vacaciones de 15 días, regresaremos, en el momento en que las condiciones de salud lo permitan y acorde con los escenarios identificados por el equipo experto en las 27 regiones educativas del país, y los territorios indígenas”, explicó la ministra.
El cierre de los centros educativos desde el 17 de marzo se decidió para prevenir la propagación de la covid-19.
Luego las autoridades consideraron conveniente ampliar la medida para impedir el aumento de casos que este lunes llegaron a 801, con siete muertes de personas entre 45 y 87 años.
Según el MEP, el paso siguiente del grupo experto, después de analizar todas las variables, será establecer el ingreso, pero solo si se han cumplido todas las fases previas de apertura señaladas por el ministro de Salud, Daniel Salas.
El MEP explicó que para poder crear escenarios del regreso a clases para 1,1 millones de estudiantes en 4.471 centros educativos, se ha desarrollado una aplicación tecnológica, al tiempo que se crea una decena de protocolos relacionados con el control del ingreso y permanencia en los centros educativos, la alimentación e incluso la limpieza y desinfección de los recintos.
Asimismo, se priorizan los contenidos esenciales sobre los que deberán enfocarse los programas de estudio y los parámetros de evaluación y promoción que deberán adoptarse.
Este análisis incluye las diferentes modalidades, como la educación de adultos.
La propuesta de reinicio a clases presenciales debe ser sometida a dos comisiones consultivas.
La primera, constituida por representantes del Consejo Superior de Educación, el Estado de la Educación, el Consejo Nacional de Rectores (Conare), el Consejo de Educación Superior Privado (Conesup), la Asociación Unidad de Rectores de las Universidades Privadas de Costa Rica (Unire) y representantes de organismos internacionales.
La segunda, con los sindicatos.
Los escenarios que se analizarán para establecer la fecha exacta del regreso a clases presenciales son:
-Cantidad de casos activos en la comunidad donde se encuentra el centro educativo.
-Condiciones de la infraestructura y transporte donde se respete el distanciamiento social.
-Menos estudiantes por aula y en el transporte.
-Diferentes tipos de horarios, días y jornadas.
-Coexistencia de la educación a distancia y la presencialidad, con la vigencia de las Guías de Trabajo Autónomo que se utilizan en este momento.
-Abastecimiento de agua e insumos de limpieza en los centros educativos.
-Limpieza permanente de escuelas para resguardar la salud de los estudiantes y los docentes.
-Mantenimiento estricto y sistemático de los protocolos de lavado de manos y estornudo.
-Ruta de comunicación activa entre docentes, padres y estudiantes.
-Activación de los protocolos de reincorporación y exclusión.
-Mantenimiento del sistema actual del abastecimiento de alimentos.
-Aplicación de nuevos paradigmas de evaluación y promoción.
-Verificación de nombramientos para los docentes requeridos.
La semana pasada, los organismos internacionales advirtieron de que el cierre generalizado de los centros educativos por la pandemia de la covid-19 plantea un riesgo “sin precedentes” para la educación y el bienestar de los niños, especialmente de los más marginados que dependen de la escuela para su educación, su salud, su seguridad y su nutrición.
La Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco), Fondo de Naciones Unides para la Infancia (Unicef), el Programa Mundial de Alimentos y el Banco Mundial publicaron unas directrices para reabrir las escuelas en condiciones de seguridad
Las directrices incluyen garantizar condiciones que reduzcan la transmisión de la enfermedad, llegar a los más marginados, hacer hincapié en el bienestar de los estudiantes y centrarse en prácticas que compensen el tiempo de instrucción perdido