El método de fijación de precios del Consejo Nacional de Producción (CNP) fomenta que proveedores e intermediarios compren alimentos baratos y los guarden para revenderlos más caros a los centros educativos, porque allí obtienen una ganancia mayor que la que consiguen vendiéndolos en el mercado local.
La especulación de precios la dio a conocer este jueves Leonardo Sánchez, director de Programas de Equidad del Ministerio de Educación Pública (MEP), al presentar a los diputados una comparación entre los precios de los proveedores del CNP y los de abastecedores independientes que contratan las juntas de educación.
Según su explicación, los proveedores compran productos a un precio menor y los guardan en espera de que el CNP dé a conocer, por medio del Ministerio de Educación Público (MEP), los precios a los que las escuelas comprarán las frutas, verduras, hortalizas, abarrotes, huevos y carnes de los paquetes de alimentos para alimentar a los estudiantes pobres.
Los precios lo fija el CNP con base en una fórmula que incluye un margen de ganancia para los proveedores y otro margen de intermediación para el propio Consejo (entre el 6% y 12% por cada producto), lo cual hace que estos resulten más caros que los del mercado.
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Los precios que dicta el CNP se incluyen dentro de un protocolo que el MEP envía todos los meses a las Juntas de Educación que contempla, además del precio, el presupuesto para cada paquete, los productos que debe contener, las cantidades de cada alimento y la fecha de entrega a los estudiantes.
Cuando el Ministerio publica el protocolo, se convierte en un documento público que llega a manos de escuelas, intermediarios y proveedores, tanto del Consejo como los que contratan directamente las Juntas. Con base en ese protocolo, asegura Sánchez, es que comienza la especulación.
El funcionario sostuvo que los oferentes, y en especial el Centro Nacional de Abastecimiento y Distribución de Alimentos (Cenada), están a la espera de que salga el protocolo del Consejo para apartar los productos que van a los centros educativos con el propósito de garantizarse un precio alto.
“Yo he escuchado que en Cenada se pregunta (al comprador) si va a adquirir el producto para abastecer escuelas o mercados, porque, si es para escuelas, el precio es más alto. Cada vez que sale un protocolo, existe una especulación de precios. Eso es un problema, además, porque los productos que no aportan valor agregado, es decir buena calidad, se ven beneficiados al fijar un precio.
“Si produzco un atún y en el mercado vale ¢700, pero en el protocolo se fija un precio de ¢1.200, se lo venden a la escuela en ¢1.200. El proveedor va a tener un margen de ganancia más alto y se paga un precio alto por producto de menor calidad”, aseveró Sánchez.
El Cenada es un mercado mayorista, ubicado en Barreal de Heredia, en donde los comerciantes y productores venden su alimentos. Estos son comprados por otros comerciantes en altos volúmenes para revenderlos al mercado, a empresas o instituciones. El Centro es un programa del Ministerio de Agricultura y Ganadería (MAG) y los precios de los productos que se venden allí son un insumo que utiliza el CNP para fijar el valor de los alimentos que venden los proveedores a las escuelas.
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El CNP abastece el 64% (2.935) de escuelas y colegios, mientras que los proveedores privados surten al restante 36% (1.631), debido a que la entidad no tiene la capacidad para darles el servicio.
El CNP define los precios para sus proveedores de centros educativos, mientras que el precio de los independientes se define en licitaciones hechas por las juntas de educacióń, en las que buscan mejores precios.
No obstante, según Sánchez, cuando los proveedores privados ven que el precio techo de los productos que define el CNP para sus proveedores es más alto, van a procurar negociar con la Junta un precio mayor al del mercado.
“Si bien es cierto que no lo van a vender a ese precio techo que define el CNP, lo van a vender más caro que el mercado porque, de por sí, se le podría pagar hasta ese precio techo. Entonces, es normal que los proveedores privados también vendan por encima del precio que usted encontraría en la feria porque en el protocolo se fija un precio alto”, detalló.
El funcionario añadió que otro problema provocado por la fijación de precios del CNP es que los constantes cambios de precios, generalmente a la alza, hacen que se quedan cortos los presupuestos definidos con anterioridad por las Juntas para comprar alimentos.
Resultados de la investigación
En la investigación de Sánchez se hizo un análisis de los precios de productos de proveedores del Consejo como de los contratados por las Juntas. El análisis comprendió las facturas de 15 entregas de paquetes de alimentos que se hicieron entre abril 2020 y julio 2021.
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La base de datos está compuesta por 50.480 facturas con un promedio de 3.365 facturas por entrega de paquetes. Al final, se compararon 835 recibos del CNP y 815 de proveedores privados.
El 84% del paquete de alimentos está compuesto por abarrotes (arroz y frijoles), alguna carne ( atún, res, cerdo o pollo), huevos y lácteos. El restante 16% se compone de verduras, frutas y vegetales.
Según los resultados, los huevos son vendidos por el Consejo un 9,3% más caros que los proveedores privados. Los precios de frijoles son un 6,8% más elevados en CNP y el arroz, cuyo precio es regulado a nivel nacional, mostró un precio 0,3% más elevado con respecto a proveedores independientes.
En cuanto al atún, los proveedores del Consejo lo venden un 15,2% más caro que los independientes; y la leche la tienen un 1,9% más cara. Con respecto a las carnes, el kilo de pollo es un 5,9% más caro en el CNP y el de cerdo, un 2,2%.
Leonardo Sánchez estimó que el MEP se hubiera ahorrado ¢6.000 millones en las 15 entregas de paquetes de alimentos que se hicieron entre abril 2020 y julio 2021, si todas las juntas hubieran comprado al precio más bajo que ofrecieron los proveedores privados. Este monto representa cerca 570.000 paquetes de alimentos más.
Todos los meses, el MEP entrega 850.000 paquetes de alimentos a los estudiantes e invierte cerca de ¢100.000 millones al año.
El estudio hecho por Sánchez fue solicitado por la Contraloría General de la República (CGR) en respuesta a un pedido de los diputados del Partido Acción Ciudadana (PAC) para que se comparara el servicio y la calidad de productos que suministra el Consejo y los proveedores independientes; pero no refleja la realidad de los precios que están pagando las juntas con respecto al mercado.
Dicho análisis refleja que los proveedores independientes son más baratos que el CNP, pero que sus precios aún así son mayores a los del mercado pues, como se dijo anteriormente, negocian con las Juntas precios altos al conocer el techo establecido por el CNP a los precios de los alimentos de sus proveedores.
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Publicaciones de La Nación han dado a conocer los sobreprecios del Consejo con respecto al mercado nacional. Un reciente análisis de la Comisión para Promover la Competencia (Coprocom) reveló que los precios de los bienes que el Consejo vende a escuelas, cárceles y hospitales son, en promedio, 46% más caros que los comercializados por el Cenada para el público en general y 19,5% más que los ofrecidos en las ferias del agricultor.
La Contraloría, en un informe del 2019, afirmó que el 60% de productos que suple dicha entidad para consumo de escolares tienen un costo mayor a los precios máximos ofrecidos por los negocios de las comunidades donde operan los centros educativos.
Además, un estudio de la Universidad Nacional (UNA) reveló que el Consejo vende los frijoles a las escuelas al doble del precio que se lo compra a los productores por el efecto de intermediación de asociaciones, pues mientras un frijolero entrega el quintal a la asociación por ¢32.600, el CNP lo comercializa a las escuelas a ¢64.000.
Los miembros de las Juntas de Educación que participaron en el estudio de la UNA confirmaron que el CNP es caro en todos los productos.