La Cámara Nacional de Avicultores (Canavi) denunció que el Consejo Nacional de Producción (CNP) paga un “sobreprecio elevadísimo” a intermediarios por los huevos para los paquetes de alimentos que se entregan a estudiantes de bajos recursos.
Según explicaron, en un supermercado o pulpería, el huevo se vende a ¢700 el kilogramo, pero el CNP les paga a sus proveedores ¢1.780 por el paquete de 15 huevos, que es menos de un kilo.
El dinero para pagar los 950.000 paquetes de huevos que aproximadamente se entregan cada mes a las familias beneficiarias y a las escuelas, proviene del presupuesto del Ministerio de Educación Pública (MEP). El Consejo funciona como intermediario entre los centros educativos y los proveedores, por lo cual recibe una comisión.
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“El precio final que pagan el CNP-MEP por el huevo es de ¢1.780 por cada paquete de 15 huevos, creando, bajo las condiciones actuales de producción y mercado, un margen elevadísimo de ganancia que aprovechan los intermediarios que le venden actualmente el producto a esas instituciones y no guarda ninguna relación lógica financiera con los costos de producción actuales del sector formal. Ese sobreprecio que pagan resulta paradójico en momentos de crisis fiscal y económica del país”, dijo la Cámara, que reúne a más de 250 productores avícolas.
Ante la denuncia, el CNP dijo, en un comunicado de prensa, que solicitaron a la Canavi el precio de costo del huevo para fijar un monto justo al micro y pequeño avicultor; no obstante, añadieron, la Cámara les indicó que no tenían el costeo correspondiente.
El precio del huevo que vende el CNP es, inclusive, mayor al denunciado por Canavi.
“El Programa de Abastecimiento Institucional (PAI) estableció el precio final de venta del cartón de 15 huevos a ₡1.950. En ningún momento se está hablando de kilos sino, como lo indica el protocolo, de cartones de 15 unidades”, explicó el Consejo.
La Nación también solicitó explicaciones al MEP, pero no respondió a las consultas.
Los sobreprecios en los alimentos que el CNP vende a las escuelas ya han sido denunciados por este medio. En 2017, La Nación hizo un comparativo de los precios del Consejo de las frutas, verduras y carnes con los de varios mercados y se evidenció que el CNP los vende más caros. También, es una queja recurrente entre los encargados de centros educativos.
El precio de los productos se encarece porque deben pasar por tres o cuatro manos antes de llegar al plato de los niños.
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Las escuelas abastecidas por el Consejo están obligadas a comprarle solo a esta institución aunque los alimentos cuesten más caros. En el caso de los centros educativos, la capacidad del CNP no da para abastecerlos a todos, por eso, hasta la fecha, solo se encargan de 2.000 de los 4.800.
Mala calidad
La Cámara aseveró, que además de caros, los huevos que están recibiendo los estudiantes son de mala calidad. Lo anterior porque el abastecimiento de huevo se realiza actualmente de granjas de pequeño tamaño que tienen un volumen de producción muy bajo y esto obliga a esos pequeños proveedores a acumular el huevo de más de dos semanas de producción para poder realizar las entregas al CNP en los volúmenes requeridos para los protocolos de entrega de alimentos a estudiantes.
“Esa práctica de acumular huevo durante muchos días es contraproducente ya que los estudiantes beneficiarios terminan recibiendo producto de mala calidad y huevo pronto a vencer; su vida útil natural es de 21 días”, indicó Canavi.
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Añadieron que el CNP cuenta actualmente con 50 granjas de pequeño tamaño que proveen solamente una parte del total de huevo que requieren para la entrega de los paquetes de alimentos. El resto del huevo lo adquieren las Juntas de Educación del MEP mediante compras directas a intermediarios (no productores) como carnicerías y otros negocios.
“Las escuelas compran el huevo muchas veces a proveedores que no tienen ningún tipo de producción, ni relación con la avicultura o con el sector productor; son simplemente personas y empresas que han encontrado un lucrativo negocio en la intermediación propiciada por el sistema de compras y proveeduría de ambas instituciones. Muchas veces el huevo es adquirido por los intermediarios a granjas informales que no cumplen con los requisitos mínimos de bioseguridad y ni con condiciones básicas para producir y mucho menos para entregar producto inocuo y de buena calidad”, expresaron.
La Cámara explicó que, para solventar esta situación, ha recomendado a los funcionarios del CNP que aumenten la cantidad de proveedores avícolas con los que cuenta actualmente y que abra espacio, no solamente para granjas de micro y pequeño tamaño, sino que autorice la inscripción de todas las granjas formales del país que tienen la capacidad real de suplir los miles de paquetes de huevo que se requieren cada mes.
Sobre este punto, el CNP manifestó que ellos recurrieron a la Canavi para que les suministrara un listado de granjas para promocionar entre ellas la participación en el PAI, de ahí se dio el incremento de 30 granjas desde finales del 2019 a la fecha.
“Sin embargo, algunas granjas sugeridas por la Cámara no calificaron para ingresar al programa porque son de tamaño grande y, según lo establecido por Ley del CNP, los suplidores prioritarios del PAI son micro, pequeños y medianos productores”, explicó el CNP.
Añadieron que cada granja pasa por un proceso de registro y debe cumplir con toda la normativa técnica, legal y sanitaria que exige el país para distribuir este tipo de producto.