El noveno informe del Estado de la Educación, presentado este jueves 31 de agosto, ratificó la grave crisis educativa que vive Costa Rica y que afectará profundamente su rumbo en las próximas décadas.
Uno de los hechos más relevantes del análisis es la situación de los jóvenes de entre 16 y 17 años de edad que cursan actualmente décimo año, quienes perdieron dos años y medio de aprendizajes por efecto de huelgas y pandemia, y que están a punto de finalizar la educación diversificada.
“Se trata de una cohorte que, lamentablemente, ya no dispone de tiempo suficiente para recuperar la acumulación de rezagos que arrastran desde la etapa escolar (...), lo que se traduce en una generación menos preparada para enfrentar la era del conocimiento, para aprovechar las oportunidades futuras y para continuar con su desarrollo personal y profesional”, indican los expertos.
El problema, advierte el informe, es que este vacío que llevan los jóvenes podría afectar incluso el mercado laboral, ya que al tener una generación con un acervo más reducido de valores, conocimientos, competencias y habilidades se “debilita la democracia, dificulta la reducción de brechas y desigualdades económicas y sociales, y compromete el desarrollo humano del país”.
El Banco Mundial y el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef, por sus siglas en inglés) llegaron a la conclusión de que, aunque los efectos de la pandemia sobre la matrícula y la exclusión aún no están claros, sí tuvieron un fuerte impacto en los aprendizajes y el desarrollo de competencias en los jóvenes.
Al respecto, la ministra de Educación, Anna Katharina Müller, indicó este jueves que todavía no conocía el informe y que se mantenían a la expectativa de lo que se indicara.
“El Estado de la Educación es un informe conocido, hay cosas con las que uno puede estar de acuerdo y otras con las que no (...). Nosotros en el MEP tenemos nuestro diagnóstico y es muy certero; vamos a comparar y ver en qué coincidimos y en qué no estamos de acuerdo.
“Puede ser que haya cosas en las que ya tengamos una visión diferente y estemos avanzados en soluciones”, aseveró la jerarca desde Limón.
Combinación de factores
Entre las situaciones que impactaron el aprendizaje de los actuales estudiantes de décimo año, el informe especifica:
En el periodo 2018-2019, mientras estaban finalizando la primaria, perdieron una tercera parte del año escolar debido a la huelga magisterial. Datos del informe indican que el 50% de esos menores alcanzó en sexto año de escuela aprendizajes mínimos en comprensión lectora y resolución de problemas, entre otros.
En 2020, la generación ingresó a sétimo grado de colegio, pero fue el inicio de la pandemia de covid-19 y del cierre de centros educativos, lo que afectó el 50% de sus aprendizajes.
En 2021, tuvieron una enseñanza combinada; sin embargo, perdieron mes y medio de lecciones debido a la suspensión de clases.
En 2022, cuando ya estaban en noveno año, las autoridades educativas interrumpieron los planes de nivelación académica del gobierno anterior y los dejaron sin evaluación nacional de aprendizajes.
Por todas estas circunstancias y decisiones a esta generación en específico se le quedó debiendo una gran cantidad de enseñanza, advirtió Katherine Barquero, investigadora del Estado de la Educación.
“Hay una generación que se fue, que ya no pudimos hacer mucho por ellos, la afectación se dio y no hubo una medida rápida que se ejecutara; y luego está la generación actual que ya no dispone de tiempo para recuperar esas expectativas curriculares”, declaró Barquero a La Nación.
La competencia lectora, según la experta, es el punto más crítico en estos jóvenes.
“Solo 4 de 10 estudiantes ingresan a la universidad, entonces van a tener menos preparación para enfrentarse a niveles superiores y más dificultad para adquirir otros conocimientos, especialmente los relacionados con ciencias y tecnología. La competencia lectora es gran responsable del rendimiento que tengan los estudiantes en matemática”, aseveró Barquero.
Este año, el Ministerio de Educación Pública (MEP) implementó pruebas diagnósticas no estandarizadas a la totalidad de estudiantes de escuelas y colegios públicos. Las pruebas fueron elaboradas por cada centro o cada docente.
Resultados preliminares, conocidos a inicios de mayo, revelaron que, en promedio, los colegiales no alcanzaron la nota mínima.