“Nos dirigimos a ustedes para solicitar su valiosa ayuda. Estamos recaudando fondos para obtener toldos o aulas modulares”.
Con este mensaje, la Junta Administrativa del Colegio Técnico Profesional (CTP) de Limón apeló a la generosidad de los padres para que contribuyan por medio de Sinpe, en el intento de brindar “educación de calidad”.
El monto que la Junta solicita va desde los ¢1.000 hasta los ¢10.000. El objetivo es utilizar ese dinero para “obtener toldos o aulas modulares para resolver un poco la necesidad” que viven los alumnos. El aporte lo pueden realizar al 8974-1030 con el detalle “aporte toldo”, se lee en el documento.
Desde el colegio aseguran que los toldos serán “cerrados pero ventilados” y servirían como aulas provisionales.
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El presidente de la Junta, Luis Fernando Ruiz, explicó en el oficio enviado y publicado en las redes sociales de la institución, que actualmente tienen una orden sanitaria que los obliga a tener cerrados tres pabellones del centro educativo, lo que significa 25 aulas menos.
“Es importante mencionar que desde el 2019 el presupuesto se disminuyó en un 50%, con ello, a duras penas cubrimos los servicios públicos. Nuestra población estudiantil incrementa cada año y no contamos con aulas suficientes para brindarles la educación y el trato que merecen”, alegó Ruiz.
Lecciones en pasillos
El funcionario narró a La Nación las congojas que pasan al tener una población de estudiantes de 1.400 y una capacidad actual para solo recibir la mitad de ellos.
Asegura que a algunos menores se les dan clases en los pasillos y poyos del colegio; mientras que otros utilizan zonas como el comedor o la biblioteca.
“Solamente el 50% de la población tiene aulas para recibir clases. Hay que estar haciendo horarios diferentes todos los días de manera que puedan ver a los estudiantes al menos una vez a la semana, para ir cumpliendo con lo que ha implementado el MEP”, dijo el presidente de la Junta.
Por otro lado, mencionó que en zonas como Limón la educación técnica es muy importante, pero que al no tener aulas suficientes han tenido que cerrar diferentes cursos como Servicio al Cliente, Administración de Aduanas “porque no tenemos donde albergar a estos estudiantes”.
“Para nadie es un secreto que en Limón hay un faltante en infraestructura, una problemática de desempleo, delincuencia y bajos recursos. Muchos estudiantes optan por un colegio técnico porque cuando salen a hacer las prácticas quedan empleados dentro de las empresas”, insistió Ruiz.
En agosto del 2022, el CTP de Limón tuvo que suspender las lecciones debido a que les habían cortado la luz y no podían pagar los servicios públicos. En ese momento, adeudaban un monto de ¢4,9 millones.
Al límite de capacidad
Como publicó La Nación este domingo, la educación técnica está desbordada por la alta demanda. Incluso, el Ministerio de Educación Pública (MEP) admitió que ya llegaron al límite de su capacidad.
Actualmente, hay 126.500 estudiantes en instituciones bajo esa modalidad; de ellos 72.000 están matriculados en carreras técnicas que abarcan décimo, undécimo y duodécimo.
“Sí, tenemos una sobrepoblación en algunos centros; sí, tenemos una sobredemanda del servicio, y sí, no tenemos la demanda satisfecha porque el país tiene una enorme necesidad y los recursos han disminuido”, dijo a este medio Pablo Masís, director de Educación Técnica del MEP.
Según el MEP, el último CTP que se inauguró en Costa Rica fue en el 2016. A pesar de eso, Masís dijo que desde el 2014 y hasta el 2022 la población matriculada en este sistema educativo “aumentó, aumentó y aumentó”, sin tener infraestructura nueva.