La Conferencia Episcopal de Costa Rica llamó a las víctimas de agresiones sexuales en las instituciones católicas a presentar acusaciones formales en las instancias civiles y eclesiásticas correspondientes, en un comunicado donde expresó su posición sobre denuncias de presunto encubrimiento hechas por una exalumna del Colegio Calasanz.
El mensaje se divulgó este sábado 13 de marzo por parte de la Comisión Nacional de Protección de Menores y Adultos en Vulnerabilidad (Conaprome) de la Conferencia, luego de publicaciones en este diario del supuesto encubrimiento de actos de violencia sexual, según testimonio de exalumnas de secundaria de ese centro educativo.
Lucía Campos, de 17 años, y otra joven identificada como Amanda, de 19, denunciaron presuntos casos de exposición a pornografía y bullying, durante su etapa académica en el Colegio Calasanz, en San Pedro de Montes de Oca, San José.
Ambas sumaron sus relatos a la denuncia pública realizada por otra exalumna de apellidos Cruz Carrillo, quien aseguró que la administración del colegio religioso encubrió a sus aparentes agresores para librarse de una denuncia penal.
Luego de conocerse sus casos, la dirección general del Colegio Calasanz emitió un comunicado rechazando “categóricamente” el supuesto encubrimiento. Según la institución, la decisión de no presentar una denuncia la tomó la familia de Cruz.
En medio de este cruce de versiones, este fin de semana la jerarquía de la Iglesia católica emitió su postura sobre el tema.
“Reiteramos nuestro más absoluto rechazo ante cualquier manifestación de abuso, más si es cometido a un menor de edad, como también ante cualquier acción u omisión que procure encubrirlo”, reza el comunicado de Conaprome.
El mensaje reitera la disposición de las instancias eclesiales para escuchar a los denunciantes de estos hechos y “de acompañarlos en su realidad”.
“Les comunicamos su derecho a realizar oportunas denuncias, tanto a nivel civil como eclesiástico. Expresamos nuestra solidaridad con las víctimas de cualquier tipo de abuso sexual, en particular para con aquellas personas que han sido objeto de este tipo de conductas en ambientes eclesiales”, añade el texto.
La Comisión solicitó de paso, a las instituciones católicas en general, a asumir las investigaciones y responsabilidades en caso de otras manifestaciones similares a las del Colegio Calasanz, e incluso ofreció a estas instituciones “su apoyo para alcanzar estos fines”.
De haber hechos similares en otros sitios por ahora desconocidas, precisa el texto, la Comisión invitó a quienes tengan conocimiento al respecto a presentar las denuncias correspondientes: “a fin de seguir luchando como Iglesia por la creación de ambientes eclesiales seguros para nuestros niños, jóvenes y personas en vulnerabilidad”.
De paso, la jerarquía católica también llamó a evitar las generalizaciones luego de las denuncias contra el colegio.
“Es importante no dar pie a generalizaciones y condenatorias injustas en perjuicio de tantas instituciones educativas católicas que por tanto tiempo han hecho bien a la sociedad costarricense. Todos y cada uno de los hechos que se denuncien han de ser investigados”, declaró en el mensaje Juan Carlos Oviedo, vocero de la Comisión.
Conaprome indicó que está atenta a la investigación que se está realizando en el Colegio Calasanz sobre este caso para tomar “oportunas decisiones”.