Tenía 13 años y su orientadora del Liceo Rural de Salitre, Guadalupe Pita, le notó moretones en su brazo. Al preguntarle a la alumna qué había ocurrido, dijo que se había golpeado con una puerta.
Luego, a sus compañeros les dio otra versión, lo cual generó a Pita sospechas de que algo estaba sucediendo con la menor.
Días después, la niña le preguntó a Pita ¿Es normal que la madre le toque las partes íntimas a su hija?
Pita se quedó sorprendida e intentó generar en la alumna un ambiente de confianza para que contara qué le estaba ocurriendo.
“Me dijo que tenía problemas con la mamá, que le pegaba porque creía que cuando salía con las amigas, tenía relaciones con hombres y la mamá, para confirmar, tocaba sus partes íntimas para conocer si había algún indicio. Como es una zona indígena, se da el caso de adolescentes madres. La mamá lo que quería era proteger a la menor, pero no era la manera. Se hizo el abordaje y la mamá tuvo que ir a terapia”, explicó la orientadora.
LEA MÁS: Pandemia impide a estudiantes volver a las aulas por lo que resta del año
Las autoridades están preocupadas de que el confinamiento por la pandemia esté "encubriendo " este tipo de violencia que sufren los menores de edad ya que miles de casos de violencia en el hogar eran detectados y denunciados por los funcionarios de los centros educativos.
Fueron maestras, orientadores, psicólogos, directores, conserjes o los mismos compañeros los que vieron los moretones a las víctimas en las aulas, los que los notaron aislados, tristes o agresivos, los que vieron que ya el estudiante no participaba en la clase o lloraba en el aula. Todos estos eran síntomas de que algo ocurría en el hogar.
“Antes nos dábamos cuenta de que estaban sufriendo porque venían, por ejemplo, con moretones, ahora no los podemos ver. El centro educativo era el lugar seguro, se detectaban situaciones, ahora con la pandemia estamos muy imposibilitados a este tipo de trabajo", explicó Rocío Solís, jefa de la Contraloría de Derechos Estudiantiles del MEP.
"El confinamiento encubre este tipo de situaciones, el alumno tiene miedo y está conviviendo 24/7 con el que lo está agrediendo. ¿Cómo hace si usted se siente indefenso y solo? La pandemia no es solo de este virus, es enfermedad mental, una vez que salgamos de esto, tendremos un brote mayor de salud mental, de agresividad en los alumnos. Esa la importancia del centro educativo, es un lugar de protección de menores, hay muchos ojos que ven al menor y sus actuaciones”, añadió Solís.
La preocupación es mayor porque, según el Departamento de Estadísticas del MEP, la violencia intrafamiliar, extrafamiliar y en noviazgo contra los estudiantes iba en aumento antes del confinamiento.
En el caso de la violencia intrafamiliar, que se expresa en conductas que el MEP agrupa en abuso físico, sexual o por descuido (o negligencia), en el 2018 los centros educativos reportaron 5.358 casos; en 2019, esa cifra subió a 7.098 casos.
" En el abuso sexual, es bastante difícil, la gente no se atreve a denunciarlo. Tenemos algunos casos muy delicados, nos hemos dado cuentas porque alguien más lo ha denunciado, porque el alumno lo contó a alguien, porque el vecino se dio cuenta y otras veces son los maestros los que han denunciado", detalló Solís.
En 2018, los docentes reportaron al MEP 352 casos de abuso sexual de un familiar contra un alumno. En 2019, esa cifra aumentó a 724.
La violencia extrafamiliar, cometida fuera del contexto de las relaciones familiares del alumno, por una persona conocida o desconocida, también presentó un incremento.
El MEP agrupa la violencia extrafamiliar en cuatro grupos: abuso sexual, relación impropia, violación sexual y explotación sexual y comercial.
En el 2018, los centros educativos reportaron 635 casos de violencia extrafamiliar y en 2019 subió a 1.309.
En en caso de la violencia en el noviazgo, los docentes reportaron 499 casos en el 2018 y esa cifra subió a 816 en 2019.
Cifras actuales
Aun el MEP desconoce cuál es el reporte total de las cifras de violencia de menores en 2020 durante la pandemia.
Sin embargo, el Patronato Nacional de la Infancia (PANI) maneja una cifra de casos atendidos durante este 2020 con una leve baja con respecto a años anteriores donde se mostraba un comportamiento a la alza.
Tatiana Mejía, coordinadora del centro de orientación e información del Patronato, aseveró que, lejos de ser buenas noticias, al Patronato le preocupan estas cifras.
“En este momento nos llama la atención que hay una leve disminución de los reportes. Algo que nos preocupa es que, en definitiva, los centros educativos son seguros, y las maestras y docentes tenían la posibilidad de detectar situaciones de riesgo y reportarlas. En este momento por el confinamiento para resguardar la salud física, una consecuencia negativa es que los chicos no estén acerca de entornos seguros como las escuelas, iglesias o grupos de reunion social. La familia, aunque es la llamada a proteger, es donde se genera la violencia. Nos preocupa el abuso sexual intrafamiliar, es frecuente que los niños lo sufran y el confinamiento los pone en riesgo”, puntualizó Mejía.
LEA MÁS: MEP suspende clases presenciales por tiempo indefinido a causa de covid-19
Con respecto a la baja en las denuncias, de marzo a setiembre del 2019, se recibieron 46.720 por el sistema de llamadas PANI 9-1-1. En 2020, durante el mismo período, se registraron 40.716
De los 64. 242 quejas que ha recibido el PANI de enero a setiembre del 2020, la negligencia por salud a menores es la que más se ha se reportado, 14.269 casos; le siguieron los conflictos familiares, con 12.093 casos y la agresión física, con 9.377 denuncias. Se han reportado 3.391 casos de abuso sexual y 445 por relación impropia.
Estrategia por pandemia
Las autoridades han instruido a los docentes para que estén vigilantes durante las clases a distancia por la pandemia detectando situaciones que puedan significar que el estudiante está pasando por una situación de violencia. Todavía en los centros educativos se está aprendiendo a definir las estrategias.
Beatriz Aguilar, del Tribunal de Honor de Colegio de Profesionales en Orientación, consideró que el confinamiento vuelve las relaciones familiares más complicadas y tensas. Algunas familias, de hasta 10 personas, deben convivir en una pequeña casa y eso aumenta la tensión y frustración, la cual, en muchas ocasiones es descargada contra el menor.
“En la educación a distancia, los docentes deben estar atentos a cambios abruptos en los alumnos. Por ejemplo, si antes un alumno entregaba puntualmente trabajos o guías y ya no lo entrega. De los trabajos que entrega, analizar los contenidos, el tipo de dibujos, si su caligrafía ha desmejorado. Cualquier indicador que demuestre que hay cambios, como en su forma de dormir o ir al baño. Los alumnos siempre manifiestan de alguna forma lo que les pasa”, detalló Aguilar.
Para consultas y denuncias el PANI puso a disposición de la población la línea 1147 y las denuncias al 9-1-1. También puso a disposición el número de Whatsapp 89891147. Si un menor de edad está pasando por una situación de violencia, allí encontrará ayuda.
En el caso del MEP, puso a disposición la línea Aquí Estoy para brindar primeros auxilios psicológicos a estudiantes y sus familias durante la pandemia. La ayuda también está disponible por medio de los números telefónicos del Ministerio: 2459-1598 y 2459-1599. El horario de atención es de 8 a.m. a 12 p. m. y de 1 p.m. a 5 p. m.
El apoyo también puede ser solicitado por medio de la plataforma Teams, para los beneficiarios que cuenten con conectividad. Los correos electrónicos a disposición son: aquiestoy18@mep.go.cr y aquiestoy19@mep.go.cr.
FUENTE: MEP || INFOGRAFÍA/ LA NACIÓN.