El Ministerio de Educación Pública (MEP) gastó unos ¢2.000 millones al año, entre 2010 y 2013, en capacitaciones para docentes, que los mismos maestros consideran de poca utilidad, corta duración y sin ningún tipo de continuidad.
Desde el 2011, la Contraloría General de la República (CGR), advirtió de que el 80% de los docentes afirma que los talleres de formación del Plan 200 del MEP, contribuyen poco o casi nada en mejorar la enseñanza.
Según el último Informe del Estado de la Educación (2013), solo 40% de los educadores asiste a esos cursos y de los participantes solo el 20% afirma llevar el conocimiento adquirido a sus clases.
“El Instituto de Desarrollo Profesional (IDP) del MEP se ha quedado en planes de capacitación que no corresponden a las verdaderas necesidades de los docentes, que no están amparados en diagnósticos y son una oferta muy dispersa”, reconoció Patricia Badilla, directora del IDP.
Esos errores obligan a la nueva administración a crear una política de formación para los profesores, que se ajuste a sus necesidades y que cumpla con el mandato que emitió la CGR, desde el 2011.
“No encontré ningún documento que evalúe la labor del IDP en los últimos años ni la funcionalidad del Plan 200. Estamos en proceso de creación de una política nacional, que entraría a regir en mayo del 2015 y que viene a cambiar lo que se ha venido haciendo”, añadió Badilla.
El Plan 200 es una propuesta del MEP para fomentar la actualización profesional de sus funcionarios y completar los 200 días lectivos, cada año. Los docentes también critican que es inútil recibir esos cursos hasta el fin de año.
“Uno necesita contenidos cuando comienza el curso lectivo. Estamos desfasados en muchas áreas, se nos ofrecen cursos para hacer cartelitos y nos quedamos atrás en temas como manejo de conflictos en el aula o actualización de programas de estudio”, dijo Laura Esteban, docente del Liceo Mauro Fernández, en San José.
En la práctica. La falta de preparación de los educadores propicia errores en el manejo de grupo, uso de tecnología y contenidos de los programas de estudio del MEP.
“Un docente mal preparado y que no reciba formación después de graduarse, no es efectivo. Y más allá de que no enseñe, el problema es que desmotiva a los niños”, dijo Eleonora Villegas-Reimers, docente del Wheelock College, en Estados Unidos, e investigadora en formación docente.
Según la directora del IDP, Patricia Badilla, hay recursos humanos y tecnológicos suficientes para renovar los contenidos con que se capacitan a los docentes.
“No decimos que el Plan 200 no deba continuar, sino que es responsabilidad del IDP renovar el plan y recoger las experiencias que se han hecho, para ofrecer cursos valiosos para el docente y no un abanico sin sentido”, dijo Badilla.
El IDP dispone de más de 50 profesionales y de 11 laboratorios de tecnología para la formación de educadores en todo el país.