Cada vez que llueve los estudiantes del Colegio Técnico Profesional (CTP) de Santa Bárbara en Santa Cruz, Guanacaste, tienen que lidiar con las inundaciones que se presentan en las instalaciones, las cuales obligan a suspender clases.
De acuerdo con la denuncia que la comunidad estudiantil presentó ante la Defensoría de los Habitantes, cuando se inunda el colegio, el agua llena provoca el desbordamiento de los tanques sépticos, cuyo contenido se extiende por el edificio. La situación pone en riesgo la salud de estudiantes y el personal de la institución, así como el equipo tecnológico y la infraestructura.
“Las autoridades del centro educativo consideran que la inundación es un tema complejo que no solo tiene que ver con drenajes, sino también, con el hecho de el colegio está a un nivel más bajo que la calle, afectado también por los drenajes de una calle nacional y municipal”, indica la Defensoría.
Esa institución insiste en que tanto ellos como la Sala Constitucional se han pronunciado reiteradamente. Incluso, recordó, los magistrados han condenado la ineficiencia del Ministerio de Educación Pública (MEP) en la atención de este problema, el cual no han logrado solventar a lo largo de años.
Por esta razón, la entidad defensora emitió un informe y recomendó a la Dirección de Infraestructura Educativa (DIE) del MEP, realizar las gestiones necesarias para prever la modificación presupuestaria para el año 2023, con el fin de incluir los recursos señalados en la ficha técnica del diagnóstico realizado por este mismo ente para el colegio santacruceño.
“La inadecuada condición física de las estructuras de escuelas y colegios, el deterioro que muchas presentan, la falta de equipo, de aulas, de tecnología, de espacios recreativos, son situaciones que muchos niños y niñas afrontan constantemente al ir a su centro de estudio y que se han constituido en una permanente violación a su derecho a la educación, a la salud y a un ambiente sano, perpetuado por el Estado costarricense”, aseveró.
El centro educativo en Guanacaste no es el único que presenta estos problemas. El pasado miércoles las intensas lluvias afectaron a los estudiantes de la Escuela Carlos J. Peralta Echeverría, en Guadalupe de Cartago, al punto que tuvieron que subirse a sus pupitres para protegerse.
Teresita Cubero Maroto, directora de la institución, mencionó a este medio que la escuela, que recibe a más de 900 estudiantes y 80 funcionarios, se inunda cada vez que llueve “porque está llena de goteras”.
“Tenemos la infraestructura muy, muy deteriorada, lo que provoca hacinamiento. Hay aulas que se inundan cuando llueve. Los niños no fueron enviados a sus casas, lo que hicimos fue resguardarlos en los lugares seguros, como el comedor, mientras pasaba un poco el agua y nos daba tiempo de limpiar la escuela”, agregó Cubero.