La calidad de la enseñanza que Costa Rica brinda a sus alumnos de escuela venía en deterioro desde antes de la pandemia, revela un informe divulgado este lunes por la Organización para la Educación, la Ciencia y la Cultura de las Naciones Unidas (Unesco).
De acuerdo con el llamado Estudio Regional Comparativo y Explicativo (ERCE 2019), el país aún se sitúa sobre la media regional por la calidad de su enseñanza ligada al aprendizaje de destrezas en lectura, escritura y materias como Matemáticas y Ciencias naturales, entre estudiantes de tercer y sexto grado de escuela.
Así se de determinó al analizar el desempeño de 160.000 estudiantes de esos niveles en 16 países del continente.
No obstante, los datos también alertan sobre la falta de avances en Costa Rica, pues no hubo cambios respecto del estudio anterior, el TERCE 2013, con excepción de Matemáticas en tercer grado, para el cual no solo no hubo avance, sino que se registró un retroceso.
Por el país, participaron 7.292 niños (3.593 de tercer grado y 3.699 de sexto) quienes realizaron las pruebas durante el 2019. A los estudiantes de tercer grado, se les evaluó en lectura, escritura y Matemáticas. En sexto grado se agregó Ciencias.
Los resultados sitúan a la educación nacional en la misma escala de puntajes del estudio pasado (TERCE 2013) que confirmó desde entonces una pérdida de calidad del aprendizaje ofrecido por el Ministerio de Educación Pública (MEP) entre los años 2006 y 2013, según aquella medición de la Unesco.
Estas conclusiones vienen a reforzar que el país vive un apagón educativo, como lo denominó el más reciente Estado de la Nación que evidenció el perjuicio causado por la falta de clases debido a las huelgas de docentes de 2018 y 2019, y luego las clases a distancia de la pandemia.
Por su parte, el MEP ha reconocido la existencia de un hueco educativo, cuyas dimensiones desconoce. Por esta razón, dijo, requería realizar las pruebas Fortalecimiento de Aprendizajes para la Renovación de Oportunidades (FARO), que comenzó en noviembre.
Estancamiento
En lectura de tercer grado, Costa Rica supera el promedio regional de 697 puntos con un puntaje de 748 pero bajó seis puntos respecto a los 754 que obtuvo en el 2013. En Matemáticas, cayó de 750 en 2013 a 725 en el 2019. Aun con esa nota, lideró el promedio regional con 27 puntos de ventaja.
En lectura de sexto grado, Costa Rica obtuvo 757 (dos puntos más que en 2013) y 726 en Matemáticas (-4), mientras que en Ciencias naturales consiguió 758 (dos puntos extra respecto al 2013).
Los autores del análisis advierten de diferencias de género con brechas a favor de las niñas en lectura, tanto en tercer como en sexto grado, lo cual es una tendencia en la región. Hay una brecha favorable a los niños en Matemáticas en ambos ciclos educativos. En Ciencias no se observaron diferencias significativas.
Como una novedad del estudio, también se realizó en esta edición un análisis de factores asociados que influyen en el aprendizaje. En este apartado, para Costa Rica, los aspectos relacionados con el estudiantado y sus familias más ligados a progreso en el aprendizaje son un mayor nivel socioeconómico de las familias, acceso a la educación preescolar, días de estudio semanales y las propias expectativas de los padres y madres que ayudan a promover el estudio.
Por el contrario, aquellos aspectos percibidos como limitantes de los aprendizajes son: la repitencia de grado y ausencia a clases.
Sin embargo, los responsables del estudio describen un panorama sombrío que la pandemia complicó aún más.
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Claudia Uribe, directora de la Oficina Regional de Educación para América Latina y el Caribe de Unesco indicó en la presentación que el ERCE 2019 “muestra resultados que dan cuenta de muy bajos niveles de aprendizaje en la región y de un estancamiento en su progreso, aun previo a la pandemia”.
Además, los datos revelan que entre los 16 países, en promedio, más de 40% de estudiantes de tercer grado y más del 60% de sexto grado de escuela no alcanzan el nivel mínimo de competencias básicas en lectura y Matemáticas esperadas.
En la mayor parte de países, tampoco se evidenciaron mejoras significativas en los logros de aprendizaje de sus estudiantes o, incluso, bajaron sus resultados entre 2013 y 2019.
Stefania Giannini, subdirectora de Educación de la Unesco, añadió que sus resultados demuestran que la educación regional descansa “sobre cimientos endebles desde antes de la pandemia”.
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Para Giannini, esto supone una doble injusticia con los menores por el deterioro que sufría su aprendizaje por la calidad de educación en las aulas y por la pandemia, que agravó la situación al interrumpirles por casi dos años las lecciones presenciales a los estudiantes.
“Se requiere un compromiso político más audaz y profundo porque los desafíos son colosales y más a medida que la pandemia daña las condiciones socioeconómicas de los estudiantes y sus familias”, insistió.
María Alexandra Ulate, viceministra académica del MEP, reaccionó a los resultados “con muchísima alegría y muchísima responsabilidad”.
“Nos han informado que Costa Rica obtuvo resultados superiores al promedio regional en todas las áreas evaluadas. Todo esto nos compromete a continuar trabajando y compromiso que hacemos día a día y gracias a la labor docente en el aula que se hace realidad”, indicó Ulate quien agregó que tomarán en cuenta las recomendaciones del estudio de la Unesco.
¿Para qué sirven estas mediciones?
En su exposición de resultados, los voceros de la Unesco recordaron que estos estudios regionales aspiran a servir como una herramienta de monitoreo de la calidad de la educación para alimentar el debate y orientar la toma de decisiones en la materia.
En el caso del ERCE 2019, utiliza un enfoque curricular, es decir, mide logros de aprendizaje respecto a objetivos que son comunes en la región de América Latina y el Caribe, según los planes de estudio de cada país.
Del mismo modo, también considera cuestionarios que son respondidos por los diferentes miembros de la comunidad educativa: los estudiantes, sus familias, docentes y directores, con el fin de conocer los contextos en los cuales ocurren los aprendizajes para identificar aquellos factores que se asocian a mejores o menores calidades en la enseñanza.