La directora del Liceo Roca Quemada, en el territorio indígena de Alto Chirripó, no se atrevió a convocar a clases presenciales a los 135 estudiantes de este colegio, mañana 8 de febrero.
Según narró Hellen Villanueva, la razón principal es que cuatro días antes del inicio del curso lectivo, el MEP no les había depositado el dinero para la alimentación de los muchachos, que caminan más de tres horas por la montaña para llegar hasta su colegio.
Ellos llegan exhaustos y hambrientos, siempre se les ha recibido con algo de comer.
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“No han depositado los alimentos, los comedores están vacíos, no hay para alimentarlos, no han asignado el presupuesto. Tenemos alumnos, jefes de hogar, que comen en el centro educativo, los paquetes de alimentos son fundamentales ¿Cómo los vamos a convocar a clases presenciales si no hay comida y ellos caminan más de tres horas? Al no haber aún asignación presupuestaria para alimentos ni transporte, estamos de manos atadas”, dijo Villanueva el jueves anterior a La Nación
Sin embargo, la falta de alimentación es apenas una de las razones por las cuales no convocaron a clases presenciales.
Según el protocolo del Ministerio de Educación Pública (MEP), este colegio debía regresar a clases pues, aunque no tiene agua potable, se abastecen de una naciente y con ese líquido se pueden lavar las manos para cumplir con los protocolos.
Sin embargo, las fuertes lluvias de los últimos días atascaron la naciente por lo cual no hay agua y, aunque la hubiera, tampoco les habían depositado el dinero para la compra de insumos de limpieza.
El 8 de febrero, las clases en este colegio continuarán a distancia, aunque esa no ha sido la mejor opción para los estudiantes de este liceo. Solo 14 tienen teléfono célular y deben caminar cuatro horas de ida hasta Grano de Oro, en Turrialba, para buscar señal de Internet y señal celular para enviar sus trabajos o llamar a los profesores con el fin de evacuar dudas.
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Luego, toman otras cuatro horas para el regreso hasta su casa.
Así intentaron cumplir con el programa establecido por MEP de “clases a distancia” el año pasado, y seguirán este.
Otros 97 tienen computadora que recibieron de la Fundación Omar Dengo, con el problema de que en su casa no hay electricidad, por eso, durante la pandemia emprendían un viaje de más de tres horas hasta el colegio, que tiene electricidad a base de turbina y paneles solares, para cargar el dispositivo.
De acuedo con la directora, todo podria complicarse, pues las lluvias de los últimos días afectaron los caminos, que ahora son trillos embarrialados.
Además, por lo menos un 25% de alumnos tienen que cruzar ríos para llegar a la institución y con las fuertes lluvias se exponen a las crecidas.
Otro aspecto adverso, es que también el mal tiempo provocó daños en el colegio, que ahora requiere reparaciones para las cuales no hay dinero.
Todas esas circunstancias les quitaron la oportunidad a los estudiantes del Liceo Roca Quemada de decidir si volvían. Ellos no pueden volver a las aulas y seguirán con las inconveniencias de clases a distancia.