El interés de los docentes por asistir a los cursos gratuitos que ofrece el MEP para mejorar su formación y brindar una educación de calidad, cayó con la entrada en vigor de la reforma fiscal.
La razón es que esa normativa, vigente desde el 5 de diciembre del 2018, estableció que estas capacitaciones ya no contarán para aumentar el salario por medio de los puntos de carrera profesional.
El artículo 53 de la Ley de Fortalecimiento de las Finanzas Públicas (9635) señala que el incentivo por carrera profesional “se reconocerá a los servidores públicos siempre y cuando estas no hayan sido sufragadas por las instituciones públicas”.
También estableció que, los nuevos puntos de carrera profesional solo serán reconocidos salarialmente por un plazo máximo de cinco años.
Esta disposición pareciera explicar por qué disminuyó el número de maestros interesados en los cursos que da el Instituto de Desarrollo Profesional (IDP) Uladislao Gámez Solano, adscrito al MEP.
La situación escaló hasta máximo órgano en la materia, el Consejo Superior de Educación (CSE), ante el cual la viceministra académica Melania Brenes explicó por qué ocurre.
“Con el cambio de ley, en términos fiscales, la validez de puntos de carrera profesional de todas nuestras ofertas que están en PFP (Plan de Formación Permanente) dejan de tener validez para todos los profesionales en educación. Eso quiere decir que se reconoce por el artículo 14 (53) de la reforma que, únicamente, se reconocerán para puntos de carrera profesional aquellos títulos de desarrollo profesional que el docente hace fuera de su jornada laboral, no por convocatoria de su patrono.
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"Hemos estado experimentando este año una gran baja en el interés de los docentes de asistir a nuestras convocatorias porque ya no valen para puntos de carrera, lo tienen claro”, dijo Brenes, según consta en el acta de la sesión del CSE N°. 58-2019, del 10 de octubre del 2019.
El MEP tiene cerca de 80.000 funcionarios. Según datos de la Institución, en 2016, la asistencia a los cursos de capacitación llegó a los 57.792 funcionarios; en 2019, después de aprobada la reforma fiscal, esa asistencia cayó más de la mitad, 24,117 funcionarios (datos al 30 de setiembre del 2019).
Sin embargo, ya para el 2017, había disminuido a 26.663 docentes. En 2018, cuando se dio la huelga de tres meses de los profesores por la reforma fiscal que en ese momento discutían los diputados, solo asistieron 7.487 funcionarios a los cursos del IDP.
La viceministra añadió que han tratado de explicarles a los docentes que, aunque no tengan valor en los puntos de carrera profesional, las capacitaciones sí valen para ascensos, nombramientos en propiedad u otros.
Mostró preocupación porque los docentes prefieren, entonces, llevar los cursos en institutos, universidades o los que ofrecen las organizaciones no gubernamentales porque estos sí valen para puntos de carrera profesional, pero que “no necesariamente siguen la visión de las necesidades”.
“Hemos estado pensando en una especie de ISO para que nosotros avalemos esa certificación, ese proceso de capacitación, a partir de la necesidad de los programas de estudios”, manifestó la funcionaria.
Entre los cursos que ofrece el IDP por medio de su Plan de Formación, y que los docentes desaprovechan, están, por ejemplo, “Fundamentos del aprendizaje de jóvenes y adultos”, “Protocolo de atención a la población estudiantil que presenta riesgo por tentativa de suicidio y en situaciones de bullying”, “Español para todos”, “Motivación para la permanencia de los estudiantes en los centros educativos”, “Inducción a Ferias de Emprendimiento e Innovación de la educación técnica profesional (ETP)”, “Manejo de límites en el aula” y “TEDx Pura Vida. Neurociencia y educación”.
¿Cuál es el costo?
A los docentes que finalizaban cursos en el IDP, ya sea de 30, 40 u 80 horas, se les otorgaba un punto de carrera profesional. Un punto equivale a un monto adicional en el salario ¢2.273.
A pesar de que la asistencia ha bajado, el gasto del MEP en puntos de carrera profesional ha ido en aumento.
En 2016, el MEP pagó ¢33.269 millones por este plus; en 2017, ¢39.501 millones; en 2018, ¢45.523 millones, y en 2019, ¢50.810 millones.
“El gasto por carrera profesional mantiene una tendencia creciente. Es sabido que los docentes constantemente se educan con cursos o estudios complementarios que inevitablemente conllevan a un incremento en los puntos de carrera profesional. Asimismo, se otorga un punto de carrera con cada calificación de “muy bueno” o “excelente” en las evaluaciones del desempeño. Estas variables, aunado a esfuerzos del Departamento de Gestión de Trámites y Servicios, hace más eficiente el pago de los puntos de carrera”, explicó la oficina de prensa del MEP.
En la evaluación del desempeño del 2016, por ejemplo, de 63.429 docentes, cuatro fueron calificados con un desempeño “inaceptable”, 18 con uno “insuficiente”, 1.308 con uno “bueno”, 1.349 con uno “muy bueno” y 60.750 como “excelentes”.
Los que sacaron “muy bueno” o “excelente”, ese año, no solo recibieron el plus de carrera profesional, también el incentivo de la anualidad que representa un 1,94% del salario base.
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Calidad en la educación
Los docentes abandonaron los cursos del IDP a pesar de que son gratuitos y de que se realizan en horas de trabajo (los presenciales) o virtuales (en horas disponibles por el funcionario).
En 2008, se creó el IDP para la formación permanente del personal, en servicio, del sistema educativo costarricense con el objetivo de “mejorar el desempeño profesional y promover la prestación de un servicio educativo de calidad”.
En 2019, en total se ofrecieron a los docentes y personal administrativo 79 cursos para lo cual se invirtieron ¢528 millones.
Desde hace dos años, la Organización para la Cooperación y Desarrollo Económicos (OCDE) advirtió de que Costa Rica dedica porcentualmente más recursos en educación que los 35 países miembros de la organización sin que sus resultados lo reflejen.
La última medición de las pruebas PISA (Programa Internacional para la Evaluación de Estudiantes, por sus siglas en inglés), dada a conocer en diciembre del año pasado, registró que, a pesar de las reformas curriculares del Ministerio de Educación Pública (MEP), la capacitación docente y recursos invertidos, el rendimiento de los estudiantes sigue en caída.
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Los resultados de los alumnos en Lectura, Matemáticas y Ciencias presentaron ligera desmejora en 2018, con respecto a la evaluación del 2015 y aún mayor con respecto al 2012.
El sétimo Informe del Estado de la Educación, dado a conocer en agosto del 2019, reveló alarmantes resultados de la educación pública que podrían también explicar al bajo desempeño en las pruebas PISA.
Los docentes continúan impartiendo lecciones de la misma forma que hace dos décadas, con clases magistrales; mientras los estudiantes se limitan a copiar de la pizarra y hacer prácticas; la tecnología no se usa.